Una okupa de La Corrala abandona la acampada y pide techo al Ayuntamiento

La mayoría de los que salieron de San Lázaro negociaron con entidades bancarias alquileres sociales en distintos pueblos de la provincia, en los que residen actualmente. Esa era la posibilidad que Ibercaja ofrecía a los últimos okupas incuso después de la sentencia judicial que les obligaba a salir del edificio en el que se instalaron hace dos años. Pero ayer en la rueda de prensa se escuchó un argumento sorprendente. Porque a las convocatorias oficiales suelen asistir blogueros . Mientras Curro Pérez explicaba que la Junta rechazó la propuesta de Ibercaja, alguien contestó: «¡Es que los pisos eran en Pilas!» .

Toda esta situación también provocó ayer, en consecuencia, tensiones en Emvisesa y Asuntos Sociales . Según pudo confirmar este periódico, varias personas que se encuentran a la espera de la asignación de una vivienda remitieron ayer quejas al Ayuntamiento ante la posibilidad de que los miembros de La Corrala les adelanten con motivo de sus protestas. Aunque la mayoría de los okupas ya no forma parte del grupo de La Corrala. De hecho, entre ellos sólo había tres familias que estaban inscritas en los registros oficiales para acceder a una vivienda. El resto, según los informes técnicos, no tiene necesidad perentoria. Por eso se da la paradoja de que los que sí la tienen hayan pedido ayuda a la institución contra la que los líderes les piden que se manifiesten .