para la segunda temporada en tve
Se busca aspirante para MasterChef en Sevilla
Un total de 150 andaluces han participado en el casting para la segunda edición del programa

MasterChef ha recalado en Sevilla examinando a 150 candidatos andaluces que aspiran a ser una de las personas que participe en la segunda edición de este exitoso programa de TVE, visto al menos en alguna de sus emisiones por casi 30 millones de espectadores. El camino es largo, si resultan elegidos pasan a unirse a los seleccionados de Barcelona, Valencia y Madrid . De todos ellos quedarán 500 que competirán en un macrocasting del que saldrán seleccionados 50 . De ellos, 15 serán los elegidos que veamos en la pantalla.
Las cifras mediáticas de MasterChef, que congregó en su final más del 90 por ciento de las conversaciones en las redes sociales , tienen su repercusión en esa gran ola de amantes de las cocinas que se han descubierto al hilo de programas como éste, que son ya expertos en técnicas y creaciones imaginativas e innovadoras antes impensables en una cocina doméstica.
No sólo esferificaciones o crujientes, o incluso trampantojos , se han visto en el casting de Sevilla, que acogió el hotel NH Plaza de Armas, sino platos caseros , con algún punto creativo añadido, porque se trataba de eso. Presentación y sabor . Es lo que buscaba el jurado , encabezado por el jefe culinario, de MasterChef, David Marsal, con Fermín López y Leopoldo Núñez , de la Escuela de Hostelería de la Taberna del Alabardero. Tuvieron, entre el lunes y ayer, en un par de turnos, v einte generosos minutos estos cocineros amateurs para emplatar sus apuestas, en las que, según cata de este primer jurado «hay nivel» .
No cocinaron, propiamente , llevaban todo preparado , todos los pertrechos para montar los platos, aunque algunos usaron la posibilidad de llevar plancha o minicocina para el último toque . Lo que llevaban, además de la pasión por la cocina, fueron, por ejemplo el trampantojo de las minihamburguesas de carrillada sobre germinados del sevillano Joaquín Galán, técnico de Laboratorio de la UPO; los rollitos de berenjena y marisco, de Jesús Fernández, un militar de San Fernando; la crema templada de bacalao de Rocío Macías, estudiante de Farmacia de Nerva o la ensalada agridulce de bacalao de Margarita García, pensionista y ama de casa de Málaga, que «quiere aprender y divertirse».
Son creaciones que echaron a competir con la carrillera al chocolate y esencias de Javier Álvarez, comercial de Almería; el rabo de toro con puré cremoso de la sevillana Carmen Murillo, administrativa de Endesa; el foi de Rocío Amuedo de Los Palacios; María José González, psicóloga y madre de tres hijos que durante la madrugada preparó su tarta de arroz con leche con esferificaciones de jarabe de limón y sticks de galleta y canela ; Magadalena Romero, de Málaga, con sopa mediterránea y tapadera de hojaldre, en un plato en el que esbozó la Giralda, o con las que trajo un matrimonio de Granada, Nuria Olmedo y Francisco Fernández, funcionaria y guardia civil, respectivamente: rape con cachelos y almendras y un crujiente de pesto de creación propia ella, y él, la fideua, su plato estrella, con pasta tostada y alioli de toque.
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