La vida tras un premio millonario

A Francisco José Delgado, el hijo de un panadero de Pilas, le conocen en esa localidad sevillana como «el charolo». El mote le ha quedado, a pesar de que es millonario por los cuatro costados. Tras ganar el premio desapareció varias semanas del pueblo pero poco después regresó a su lugar de origen y tanto él como su familia siguen haciendo su vida en el municipio. Su padre, que cerró la panadería, y sus tres hermanas disfrutan de la generosidad de su hermano.

«Francisco ya no se esconde», dicen los vecinos, que ven a este soltero codiciado de 38 años pasear por el pueblo con su deslumbrante Porsche. Francis, como le llaman algunos, ha hecho varios viajes por todo el mundo, uno de ellos a Mónaco para ver el Gran Premio de Fórmula, aunque «ése lo hizo invitado por una entidad bancaria», relatan otros conocidos del millonario pileño.

Este pileño, que se ha convertido en un codiciado soltero, se ha comprado varias casas en distintas ciudades, una de ellas un ático en pleno centro histórico con casi 200 metros cuadrados. Además, regaló a sus padres y hermanas unas viviendas adosadas en una urbanización de Pilas, una de las cuales él usa cuando está en el pueblo. «Nada de caserones ni palacetes. Francisco no ha querido ir de nuevo rico», sentencian algunos vecinos que responden así a la fama que tiene «el charolo» de gastar poco.

Además, se le ha visto paseando en bicicleta por el paseo marítimo de Caño Guerrero de Matalascañas, playa donde dicen se ha comprado un chalet en primer línea y donde ahora está haciendo reformas.

Algunas informaciones apuntan a que Francisco José Delgado invirtió parte de su fortuna en sicavs (sociedad de inversión de capital variable) debido a su baja tributación y su alta rentabilidad. Con una cuenta corriente bien abultada, este sevillano puede dedicarse sin problemas a la «dolce far niente» o, lo que es lo mismo, el placer de no hacer nada.