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Las curiosidades de la II GM

La Fanta sustituye a Coca Cola en la Alemania de Hitler

Con el inicio de la contienda, los americanos cortaron el suministro de ingredientes para sus fábricas del refresco de cola en Alemania. Como resultado, se creó una nueva bebida

La Fanta sustituye a Coca Cola en la Alemania de Hitler FANTA

Alberto Ignacio Arilla

Las guerras siempre tienen efectos insospechados y los objetos y productos más comunes pueden llegar a ser protagonistas de aventuras inimaginables, tanto a causa de los combates, como de las crisis diplomáticas y ruptura de relaciones. Así, la popular Coca Cola , que mientras en los Estados Unidos realizaba una intensa campaña publicitaria sobre la base de combatientes norteamericanos en todos los frentes con la peculiar botella del refresco en su mano, en Alemania sufría su particular crisis.

No se piense que Hitler en su paranoia hubiera decretado también la guerra a la Coca Cola. Bien al contrario. Lo que ocurrió fue que en 1941, tras la entrada de los Estados Unidos en guerra, estos no pudieron seguir exportando los extractos con los que se fabricaba el producto. Y así, el casi medio centenar de fábricas que en el Reich embotellaban la bebida quedaron condenadas al cierre. Y con ello los consumidores de 5.000.000 de botellas de Coca Cola al año se quedarían sin su refresco favorito.

Pero no, los químicos alemanes, capaces de lograr petróleo a base de pizarra, no se iban a dejar amilanar por la falta de unos ingredientes que resultaban esenciales en la fabricación de un refresco. Y así, en 1942, al parecer con queso, sidra y azúcar mezcladas con la suficiente proporción de agua, lograron una bebida hasta cierto punto parecida a la que se anuncia como «la chispa de la vida». Pero aquello no era Coca Cola, sino algo similar. O más claro aún, un sucedáneo, y por tanto no podía ampararse bajo el nombre que utilizaba la norteamericana. Tampoco podría utilizar su original botella.

Ambos temas se resolvieron con una nueva marca, Fanta, y con una botella con características propias, a base de estrías circulares, que la diferenciaba del envase de Coca Cola y también de cualquier otro envase de bebidas refrescantes de las existentes en el Reich en aquellos momentos. No obstante, Fanta no colaboró ni tuvo relación con el régimen nazi.

Tendría que terminar la guerra y hasta la larga posguerra antes de que se llegara a un acuerdo entre las dos marcas. En los años sesenta, Coca Cola compró Fanta…, que hoy llega al mercado con una botella muy similar a la utilizada en la Alemania de Hitler… Pero con sabor (y color) a naranja o a limón.

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