Sanidad rechaza el permiso para no ir a clase de las profesoras embarazadas

«Desde la perspectiva sanitaria -dijo- no hay ningún fundamento para decir que por no ir a un lugar, en este caso los colegios, se vaya a evitar el contagio de una persona. Puede no ir al colegio e ir al mercado o al cine y contagiarse», según declaraciones recogidas por Europa Press. Martínez Olmos reconoció que las embarazadas (aproximadamente medio millón cada año en España) «son un grupo de riesgo porque tienen alterado su sistema inmunitario», pero advirtió que «eso no quiere decir que todas se vayan a contagiar ni que todas vayan a tener problemas».

Menor virulencia

El secretario general de Sanidad dijo comprender que «cualquier fallecimiento crea preocupación», pero hasta el momento -insistió- la gripe A está produciendo víctimas en un porcentaje menor que la estacional».

Asimismo desde Sanidad se apuesta por negociar y pactar con todas las comunidades las medidas relacionadas con la gripe A, para lo que se ha convocado el próximo lunes el Consejo Interterritorial de Salud. Sin embargo, la primera comunidad en desmarcarse ayer fue Galicia, que apoya la demanda realizada por el sindicato de profesores y permitirá a las docentes que cuenten con un certificado médico obtener el permiso.

El presidente de ANPE, Nicolás Fernández, aseguró ayer a ABC que la decisión de Galicia demuestra que «no se trata de una medida descabellada». Siempre que se cuente con el criterio y el dictamen de un facultativo -matizó Fernández- «creemos que la salud de estas mujeres está por encima de otras cuestiones». Desde ANPE, se muestran de acuerdo con la idea de uniformidad en las medidas expresadas por el Ministerio de Sanidad, por lo que esperan que su propuesta sea tenida en cuenta en las reuniones que los responsables de este ministerio y también del de Educación van a mantener con las comunidades.

Llegada de la vacuna

Mientras tanto, y ante las expectativas creadas con la vacuna contra la gripe A, la Organización Médica Colegial (OMC) exigió ayer a las autoridades sanitarias que la vacuna obtenga la aprobación definitiva cuando demuestre una «seguridad contrastada», por lo que confía en que no salga al mercado con precipitación, según destacó Serafín Romero, secretario general de esta entidad. Lo que la OMC no quiere es que se «utilice» a los primeros en vacunarse como «grupo de prueba para ver cómo reacciona el medicamento» y confía en que a la hora de ponerla en el mercado no se tengan en cuenta «exclusivamente las prisas de encontrarnos en una situación epidémica con una alta prevalencia de casos de gravedad».

«No deben dejarse atrás los trámites para aprobar una vacuna que va a tener tanta difusión, los riesgos hay que paliarlos lo máximo posible».