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«Al principio me sentí culpable. Luego decidí luchar»

Hace cinco años, Cristina dio a luz a su primera y única hija. Pronto le diagnosticaron neurofibromatosis, una rara enfermedad para la que no hay ni cura ni tratamiento

Neurofibromatosis . Este es el extraño nombre del peor enemigo de Cristina Castaño y de su hija Verónica. Con sólo cinco años y ya ha visitado al médico más veces que muchos jubilados. Como los t res millones de personas que en España ... padecen alguna enfermedad de escasa prevalencia , las que la OMS considera raras, Cristina y su marido se encontraron de pronto a merced de la incertidumbre y la desinformación. Lo peor cuando un ser humano se enfrenta al desafío de la enfermedad es no saber exactamente en qué consiste. Y una de las preguntas más frecuentes es «¿por qué a mí?».

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