Despertar sin escuchar: Así se produce la sordera súbita

De los ocho mil millones de personas que habitan el planeta tierra, 360 millones tienen algún problema acústico. En otras palabras, más del cinco por ciento de la población en el mundo sufre algún grado de pérdida auditiva. En España hay en torno a un millón de personas con sordera, según la Encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Para entender mejor la sordera súbita, hay que saber cómo funciona el oído. El oído consta de tres partes principales: el oído externo, el oído medio y el oído interno. En el proceso de audición, intervienen las tres partes: las ondas sonoras externas entran por el oído externo, llegan al oído medio donde hacen vibrar el tímpano. Esas vibraciones se transmiten a través de tres pequeños huesecillos llamados martillo, yunque y estribo, hacia el oído interno. Desde ahí, los impulsos nerviosos, a través del nervio auditivo, llegan al cerebro el cual los identifica.

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En pocas palabras, las ondas sonoras se convierten en señales eléctricas que el nervio auditivo envía desde el oído al cerebro y así reconocer los sonidos. Por lo tanto, oír correctamente depende del buen funcionamiento de la estructura del oído, del nervio auditivo y del área del cerebro que se encarga de recibir e interpretar los sonidos. El oído interno también controla el equilibrio, por eso es habitual que las personas que sufren hipoacusia súbita, puedan presentar ruido en el oído y vértigos.

El doctor Hugo Eduardo Ballivián, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital La Luz, perteneciente al grupo Quirónsalud, explica la sordera brusca como «cuando un día nosotros nos levantamos o estamos en el trabajo y perdemos de forma brusca la audición. Es el momento de acudir al médico para que descarte otras patologías, desde una cosa banal que es un tapón de cera hasta la sordera súbita que es una enfermedad que requiere un tratamiento inmediato porque es un daño a nivel neurológico».

Por eso es importante acudir al especialista en el momento que se tienen los primeros síntomas y molestias para, una vez diagnosticada la enfermedad, comenzar el tratamiento lo antes posible y evitar que el problema empeore. Normalmente la hipoacusia súbita se presenta en un solo oído, pero también puede manifestarse en los dos. La mitad de las personas con este tipo de patrología, recuperan parte o toda su audición de manera espontánea en una o dos semanas.

La causa de una sordera súbita suele ser idiopática, es decir, de origen desconocido, sin embargo a veces puede estar provocada por un traumatismo craneoencefálico; por un cambio de presión ambiental, por ejemplo tras una inmersión de buceo; por una infección vírica como el herpes simple o el sarampión o por la utilización de algún medicamento específico para el oído.

Si se tienen síntomas de sordera súbita, el médico debe descartar que se trate de una obstrucción en el oído como consecuencia de líquido o acumulación de cera, explica el especialista de Quirónsalud.

Si no existe una causa concreta, realizará una audiometría de tonos puros para identificar cualquier pérdida de audición neurosensorial. Este tipo de audiometría mide la frecuencia o los tonos de los sonidos que se pueden escuchar. Si se tienen una pérdida de al menos 30 decibelios (medida de intensidad del sonido) en tres frecuencias consecutivas en menos de 72 horas, es señal de sordera súbita. Para entenderlo mejor, la disminución en la audición de este tipo de frecuencia, puede hacer que una conversación se escuche como un susurro.

El tratamiento que se utiliza para este tipo de patología son los cortico-esteroides que reducen la inflamación, «el tratamiento es a base de corticoides de forma oral, endovenosa o haciendo una pequeña microcirugía para instalarlos dentro del tímpano» apunta el doctor Ballivián. Los esteroides deben comenzar a utilizarse lo antes posible, siempre bajo control del especialista, para obtener el mejor resultado ya que si se retrasa demasiado el tratamiento, las posibilidades de recuperar la audición pueden reducirse.