La dieta, mejor la mediterránea

Los investigadores, coordinados por Gianluca Tognon, Universidad de Gotemburgo (Suecia) utilizaron datos del estudio IDEFICS (Identificación y prevención de la dieta - y estilo de vida - inducida efectos sobre la salud en niños y lactantes), financiado por la Comisión Europea. Peso, talla, circunferencia de cintura y la masa grasa corporal por ciento se midieron en los niños de estos ocho países.

Los padres de estos niños fueron entrevistados mediante un cuestionario diseñado específicamente para el estudio IDEFICS sobre la frecuencia de consumo de 43 alimentos. Además se recopilaron otros datos mediante entrevista telefónica.

Los investigadores consideraban la adherencia a la dieta mediterránea en función de la puntuación obtenida a través de una tabala: un punto por el consumo elevado de cada grupo de alimentos que se consideran típicos de la dieta mediterránea (verduras, frutas y frutos secos, pescado y granos de cereales), así como una punto por el bajo consumo de alimentos atípicas de la dieta mediterránea (tales como productos lácteos y carnes).

Curiosamente, la prevalencia de la alta adherencia a una dieta similar a la mediterránea resultó ser independiente de la distribución geográfica; de hecho, los niños suecos encabezaban la lista, seguidos por los italianos, y paradójicamente los niños de Chipre eran los peores situados.

El equipo encontró que los niños con una alta adherencia a una dieta parecida a la mediterránea eran un 15% menos propensos a tener sobrepeso u obesidad que los niños de poca adherencia . Los hallazgos fueron independientes de la edad, sexo, nivel socioeconómico o país de residencia. Los niños con alta adherencia al inicio del estudio eran un 10-15% menos de probabilidades de estar entre aquellos que pasaron por importantes aumentos en el IMC, la circunferencia de la cintura y la grasa corporal.

«La promoción de un patrón de dieta mediterránea ya no es una característica de los países mediterráneos. Teniendo en cuenta sus posibles efectos beneficiosos en la prevención de la obesidad, este patrón de dieta debe ser parte de las estrategias de prevención de la obesidad de la UE y su promoción debería ser especialmente intensa en aquellos países en los que se detectan bajos niveles de adhesión», concluye Tognon.