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Se confirma el fraude en el último gran avance en células madre

Un comité del instituto japonés reconoce que «dos conjuntos de imágenes utilizados en dichos artículos fueron o manipulados o modificados por la persona que lideró el estudio, la doctora Haruko Obokata»

Se confirma el fraude en el último gran avance en células madre OBOKATA

R.I. /EFE

El último escándalo en la investigación en células madre parece confirmarse. El Instituto Investigación Riken , en Japón, acaba de reconocer que el último y revolucionario estudio sobre células madre liderado por una investigadora del centro y publicado en « Nature » contenía partes «fraudulentas».

El estudio, publicado en enero, presentaba un método muy sencillo para reprogramar células adultas (sumergiéndolas en un ácido o aplicando presión sobre sus membranas) para así obtener así células madre, con capacidad para transformarse en cualquier tejido. Un sistema, dijeron muchos científicos, que podría «revolucionar la investigación en células madre al facilitar su método de obtención».

Sin embargo, aunque el gran hallazgo simplificaría mucho el proceso para obtener estas células (que constituyen el futuro de la medicina regenerativa) muchos investigadores comenzaron a denunciar después de la publicación el uso de imágenes duplicadas para documentar los artículos y la incapacidad para replicar los resultados del estudio.

Embriones humanos

La comunidad científica confíaba no estar ante un nuevo escándalo como el de surcoreano Woo Suk Hwang en clonación de embriones humanos, quien consiguió burlar a los comités de revisión de una revista científica de gran impacto.

Pero parece que se confirma un nuevo «fiasco». La denuncia partió de distintos blogs científicos, como PubPeer , comenzaron a denunciar poco después en Internet el uso de imágenes duplicadas para documentar los dos artículos de Obokata y la incapacidad para replicar los resultados del estudio. En ese momemento el portavoz de Riken explicó que la institución, financiada por el Estado japonés, había establecido un equipo formado por miembros de la propia institución y también por investigadores externos para aclarar esas alegaciones.

Y ahora el panel formado por investigadores del Riken para investigar dichas alegaciones acaba de anunciar que dos conjuntos de imágenes utilizados en dichos artículos fueron o manipulados o modificados por la persona que lideró el estudio, la doctora Haruko Obokata .

Sin embargo, el comité de expertos ha declinado pronunciarse sobre si estas células, llamadas STAP («de pluripotencia adquirida mediante estímulo» por sus siglas en inglés) existen realmente o no. El panel ha determinado también que otros tres coautores no cometieron ningún fraude, aunque subrayó que su responsabilidad es «grave» por no verificar la validez del material presentado en los artículos.

El pasado 14 de marzo, a la espera de la conclusión de la investigación, los responsables de Riken ya aconsejaron a Obokata retirar el artículo y explicaron que esta decisión quedaba también a expensas de la propia revista « Nature ».

Lo cierto es que la publicación de estos errores en revistas científicas pone en evidencia la pulcritud de éstas al avalar los trabajos. Los artículos que se publican deben ser escrupulosamente revisados durante mucho tiempo antes de decidir su publicación, pero en un momento de carrera desenfrenada por producir y publicar el trabajo más impactante es posible que se estén relajando dichos controles de calidad

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