Una juventud sana minimiza el declive mental durante la vejez

Tal y como explica Kristine Yaffe, autora del estudio y neuropsiquiatra de la Universidad de California-San Francisco (UCLA), en EE.UU., «parece increíble que un pequeño incremento en estos parámetros durante la juventudpueda tener una incidencia tan importante sobre la salud neurológica cuando seamos adultos».

El trabajo forma parte del Estudio Coronary Artery Risk Development in Young Adults (CARDIA) y es uno de los primeros a largo plazo que han analizado los efectos de factores de riesgo de la enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular sobre la función cognitiva en este grupo de edad. Durante el periodo de control a los participantes se les controlaron parámetros como la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre en ayunas y el colesterol cada dos a cinco años.

La presión arterial elevada, la glucemia (azúcar elevado) y el colesterol son los tres principales factores de riesgo para la aterosclerosis -el lento estrechamiento de las arterias causado por la acumulación de placas en las paredes de las arterias que van al cerebro y al corazón-. La American Heart Association define una salud cardiovascular ideal como la presión arterial sistólica < 120 mm Hg, la presión sanguínea diastólica < 80 mm Hg , el azúcar en sangre < 100 mg/dl , y el colesterol < 200 mg/dl.

Al finalizar el estudio los voluntarios participaron en tres pruebas de medición de la memoria, la velocidad de pensamiento y la flexibilidad mental .

Según Yaffe, el estrechamiento de las arterias que se dirigen hacia el cerebro es la explicación más probable para la relación entre la salud cardiovascular y la función cognitiva. «Nuestro estudio nos dice que es posible que se puede actuar sobre algunos de los riesgos de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia haciendo hincapié en la importancia del control de los factores de riesgo entre los jóvenes».