Fructosa, un causante más de la obesidad
La fructosa es una forma de azúcar presente en las verduras y frutas, pero también se produce de forma natural en nuestro organismo
Fructosa, un causante más de la obesidad
Conocer todos los factores que están implicados en la obesidad, y en la diabetes, permitirá diseñar estrategias más adecuadas para prevenir esta pandemia del siglo XXI. Ahora, según un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado (EE.UU.), ... los investigadores creen que la cantidad de fructosa que produce nuestro organismo puede estar entre las causas de la obesidad y la resistencia a la insulina.
La fructosa es una forma de azúcar presente en las verduras y frutas, pero también se produce de forma natural en nuestro organismo. Sin embargo, no es especialmente saludable y en los últimos años muchos estudios han advertido sobre el papel de edulcorantes añadidos como factores de riesgo para la obesidad y la resistencia a la insulina, debido en gran parte a su contenido en fructosa .
Sin embargo, en el estudio publicado en Nature Communications demuestra que situaciones como el hígado graso y la resistencia a la insulina también pueden estar causadas por la fructosa producida en el hígado a partir de los hidratos de carbono que no contienen fructosa.
Diabetes y obesidad
El estudio, coordinado por Richard Johnson, Miguel Lanaspa y Takuji Ishimoto, muestra, en animales, que la glucosa se convierte en fructosa en el hígado, y que dicha conversión es crítica para impulsar el desarrollo de la obesidad y la resistencia a la insulina en los animales. «Nuestros resultados sugieren que la fructosa generada a partir de la glucosa es en gran parte responsable de cómo los carbohidratos causan hígado graso y resistencia a la insulina», explica Lanaspa .
Richard Johnson cree que el trabajo explica « por qué los alimentos con un alto índice glicémico pueden aumentar el riesgo de obesidad y resistencia a la insulina. Es decir, mientras que en algunos casos el aumento de peso se produce por el contenido calórico y los efectos de estimular la insulina, la capacidad de los alimentos con un alto índice glucémico para causar resistencia a la insulina y el hígado graso se debe, en parte, a la conversión de glucosa a fructosa nuestro propio organismo». Y añade que estos resultados cuestionan el «dogma de que la fructosa es segura y que únicamente se debe restringir el consumo de carbohidratos de alto índice glicémico».
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