Un diagnóstico a tiempo marca la diferencia en el cáncer infantil
Con motivo del Día Internacional del Niño con Cáncer las asociaciones reclaman un esfuerzo mayor para lograr un diagnóstico más temprano.
ABCSalud
Bajo el «el diagnostico temprano marca la diferencia» la Confederación Internacional de Organizaciones de Padres de Niños con Cáncer (ICCCPO) conmemora hoy el Día Internacional del Niño con Cáncer . El objetivo, señalan, es concienciar sobre la importancia de realizar un diagnóstico ... temprano de la enfermedad en los menores. Un diagnóstico a tiempo, subrayan, puede marcar la diferencia entre un buen o mal pronóstico y sobre las secuelas que puedan quedar tras la enfermedad.
El cáncer infantil es la primera causa de muerte infantil por enfermedad en los países desarrollados tras el primer año de vida. Afecta a 155 casos por año y millón de niños 0-14 años y supone el 1% de todo el cáncer: es decir, hay 1 nuevo caso de cáncer por cada 7.000 niños menores de 15 años.
En España, según datos del Registro Nacional de Tumores Infantiles (RNTI-SEHOP), se esperan alrededor de 1.100 casos nuevos al año de 0-14 años de edad.
Afortunadamente el cáncer infantil se cura . La mortalidad ha disminuido un 50% desde 1980 y la supervivencia actual es del 77%. Sin embargo, un retraso en el diagnostico disminuye el índice de supervivencia. En los países desarrollados, 8 de cada 10 niños con cáncer se curan mientras que en los países con pocos recursos solo 2 o 3 de cada 10 niños sobreviven al cáncer, debido a que llegan tarde al hospital y a la falta de unidades especializadas y bien equipadas. Cada año la muerte por cáncer de más de 90.000 niños podría haberse evitado. La detección a tiempo marca la diferencia en los resultados y en los efectos secundarios a largo plazo.
Pero el cáncer infantil es una situación compleja y estresante. Cada vez más familias con necesitan apoyo para el tratamiento de sus hijos, asegura la presidenta de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC), Pilar Ortega. En un encuentro organizado por Servimedia Comunicación, Ortega destacó que la causante de esta coyuntura es «la crisis económica que atraviesa el país».
Quería ser futbolista o piloto Álvaro, de 12 años, tenía desde hace tiempo en su mente lo que quería ser de mayor -futbolista, piloto de moto o de coche-, pero la leucemia que padece desde hace año y medio le ha hecho aparcar estos sueños hasta que se cure de la enfermedad que le ha hecho ingresar en varias ocasiones en el Hospital La Paz .
La leucemia , como la que padece Álvaro, es el tipo más frecuente de cáncer en esa franja de edad. Su detección temprana es clave para afrontar el cáncer.
Pero estos pacientes necesitan también que la Administración determine cuáles son estos hospitales de referencia para que todos ellos sean derivados y, sea cual sea su lugar de procedencia, tengan las mismas oportunidades de ser atendidos y curarse. Porque ocho de cada diez niños con cáncer pueden curarse si son tratados en unidades de referencia especializadas en cáncer infantil, de ahí la importancia de que estos tratamientos se desarrollen con los medios técnicos y humanos necesarios.
Como el caso de Álvaro; tenía siempre fiebre y los fármacos que le mandó su pediatra no consiguieron quitársela . Le mandaron a La Paz y allí le detectaron la leucemia. Fue un 17 de septiembre de 2011. No olvida esa fecha porque ese día sintió, según ha reconocido, «mucha rabia e impotencia por no volver a hacer las cosas que hacía antes».
«Me dijeron que no podía ir al colegio, que no podía hacer vida normal, que tenía que dejar el kárate y la natación, todo lo que hacía y que me iban a poner un tratamiento y que tenía que estar ingresado un tiempo», explicó a EFE. Primero fue un ingreso de un mes y medio, luego alternaba cada dos semanas y más tarde ya iba a consulta varios días, hasta que consiguió seguir un tratamiento ya en su casa.
Pero una recaída le ha llevado de nuevo al hospital y ahora tiene que seguir un tratamiento un poco más fuerte hasta que le puedan realizar un trasplante. Mientras llega, Álvaro, dicharachero, juega con sus amigos en el hospital: «tengo un montón y jugamos a juegos de mesa, con los voluntarios, pintamos, tenemos un ordenador».
Le escucha atentamente Carlos, de 15 años, que padece osteosarcoma, un cáncer óseo que en su caso ha aparecido en el fémur, y quien lleva mejor la enfermedad tras haber comprendido lo que le ha ocurrido; «así es más llevadero», dice.
Para asimilarlo ha sido clave su familia, según cuenta: « ayuda muchísimo porque si no la tienes no puedes hacer frente a esto . La curación se debe la mitad a la familia y la mitad a los médicos, aunque el ánimo hace muchísimo. Si estás bajo no te curas igual».
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