La ecocardiografía fetal detecta el 75% de cardiopatías congénitas

En España existe ecocardiografía fetal en dos de cada tres hospitales en los que existe diagnóstico prenatal, y se realiza principalmente a aquellas embarazadas en las que en alguna de las ecografías que se practican rutinariamente durante los tres trimestres de la gestación y, principalmente, en la del segundo trimestre, se sospecha la existencia de anomalías fetales, cardíacas o extracardíacas, señala Galindo.

Y aunque hay algunos factores de riesgo, como por ejemplo el haber tenido un hijo previo con cardiopatía congénita, el 95% de las cardiopatías congénitas aparecen en gestantes sin criterios preconcepcionales de alto riesgo, y se detectan gracias a la sospecha establecida en la ecografía morfológica fetal básica. "Gracias a la correcta aplicación de este sistema de cribado es posible detectar entre el 70 y el 75% de las cardiopatías congénitas", destaca Galindo.

Las enfermedades del corazón afectan a nueve de cada 1.000 nacidos vivos a término y la mitad de ellas se consideran graves. Estas son responsables del 50% de las muertes infantiles atribuibles a anomalías congénitas. Las más graves, dice Galindo, son aquellas en las que concurren más defectos o las que conllevan la anulación funcional de uno de los dos ventrículos del corazón. "Las que se diagnostican con más frecuencia son: el canal atrioventricular completo, el síndrome de ventrículo izquierdo hipoplásico y la tetralogía de Fallot".

Limitaciones

No obstante, la ecocardiografía fetal tiene sus limitaciones y, en ningún caso puede sustituir ni compararse con las posibilidades diagnósticas existentes tras el nacimiento. "Las limitaciones son básicamente dos: el pequeño tamaño de las estructuras que impide la detección de algunas lesiones, y el hecho de explorar a un feto, que se mueve incesantemente, a través de la madre, cuyas características impiden en ocasiones realizar exploraciones cardíacas correctas. Ahora bien, la mayoría de las cardiopatías congénitas graves son detectables prenatalmente", explica Galindo.

En algunos casos es posible llevar a cabo un tratamiento intrauterino del feto. "Pueden tratarse las obstrucciones severas o críticas de las válvula aórtica y la pulmonar, cardiopatías que representan el 6-7% de las existentes, pero que son extraordinariamente graves". Cuando no es posible tratar intraútero, se hace postnatalmente. El momento depende del tipo de cardiopatía congénita y de la situación del niño, matiza Galindo. Se realiza, explica el cirujano pediátrico Juan Comas, de forma temprana desde neonatos hasta por debajo del año. "Sin embargo, hay que diferenciar la cirugía correctora, que puede ser definitiva, de la paliativa que necesitará de intervenciones posteriores". En cualquier caso, aunque dependiendo de la patología, los controles clínicos se llevan a cabo cada 6-12 meses, para espaciarlos después según la evolución.

Gracias al diagnóstico prenatal, en los últimos años la atención al recién nacido con cardiopatías congénitas ha mejorado enormemente y la mayoría levan una vida normal. Sin embargo, afirman Ana Pérez y José Manuel Velasco, cardiólogos pediátricos del hospital 12 de Octubre, "se calcula que hay más de 100.000 adultos con cardiopatías congénitas", algunos de los cuales o no lo saben o no reciben los cuidados necesarios en unidades especializadas de cardiopatías congénitas del adulto.

Centro de referencia nacional

El Instituto Pediátrico del Corazón del Hospital Universitario 12 de Octubre interviene a más de 150 pacientes pediátricos al año con cardiopatías congénitas, el 68% de los cuales son menores de un año y un 33% de ellos, recién nacidos. Este hospital ha sido designado como centro de referencia nacional para la atención integral de las cardiopatías congénitas en el neonato y en el niño por el Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad. La asistencia integral incluye el diagnóstico y tratamiento precoz de todas las cardiopatías congénitas, lo que es posible gracias a que el Hospital 12 de Octubre cuenta con diferentes unidades que incluyen desde la detección de la patología en el feto, hasta el tratamiento mediante cirugía -incluyendo circulación extracorpórea- o distintos procedimientos intervencionistas, como el cateterismo. La Unidad de Medicina Fetal también es referencia nacional en la realización de valvuloplastias en fetos, técnica que permite corregir mediante dilatación estrechamientos severos de las válvulas del corazón antes del nacimiento. Se trata de un procedimiento muy complejo que incluye la anestesia del feto dentro del útero de la madre, mientras ésta permanece despierta, teniendo en cuenta además que el tamaño de su corazón es menor al de una moneda de un euro.