Los fármacos biológicos para las enfermedades reumáticas más graves no aumentan el riesgo de cáncer
Casi 5años de media tardan en diagnósticarse patologías como la artritis reumatide o las espondilitis, a pesar de que tienen un componente genético definido.
A. Iriberri. Chicago
La llegada de los llamados fármacos biológicos supuso un antes y un después para los pacientes con algunas de las enfermedades reumáticas de más difícil manejo, como la artritis reumatoide o las espondilitis anquilosantes. A pesar de su elevado precio, diversos estudios demostraron un nivel ... de eficacia no alcanzado con las opciones terapéuticas hasta la fecha, principalmente los antiinflamatorios no esteroideos (NSAIDs, de sus siglas en inglés).
La familia más prometedora de este tipo de fármacos es la que actúa contra el factor de necrosis tumoral (TNF), pero su beneficio se llegó a poner en duda tras la publicación de varios artículos que sugerían que su utilización podía incrementar el riesgo de tumores sólidos .
Sin embargo, un estudio británico presentado en el Congreso de la Asociación Estadounidense de Reumatología, que se ha celebrado esta semana en Chicago, ha desmentido que exista esta relación , hasta ahora sólo apuntada por registros de cáncer de los países más avanzados en este campo, como los nórdicos.
No hay más riesgo
Pero para establecer una relación causal, era necesario comparar la incidencia de la enfermedad en dos grupos de pacientes con tratamientos distintos, lo que ha llevado a cabo el equipo dirigido por el reumatólogo Kimme L. Hyrich, analizando los datos de los participantes en un registro específico de fármacos biológicos en reumatología y comparándolos con los de un segundo grupo tratados con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME). «Hemos demostrado que e l riesgo de cáncer no difiere entre los pacientes que se tratan con antiTNF lo que no lo hacen », explicó Hyrich en un comunicado.
El experto de la Universidad de Oxford Norman Collisson valoró positivamente estos resultados y explicó que diversos estudios sugieren que es la propia inflamación asociada a las enfermedades reumáticas la que podría estar detrás de un mayor riesgo de cáncer. « Se ha visto que los afectados por espondilitis anquilosante tienen más riesgo de tumores malignos sólidos », comentó.
Sin embargo, Collison reconoció que otro trabajo presentado en este congreso sí ha asociado el uso de antiTNF a un mayor riesgo de un tipo de cáncer, en concreto, el melanoma. La autora principal del trabajo, la investigadora del Instituto Karolinska Julia Fridman, afirmó no obstante que el riesgo absoluto seguía siendo «mínimo» y que, además, la gran mayoría de los pacientes recibían un diagnóstico precoz que implicaba la curación de la enfermedad. «Esto ya es frecuente en la sociedad pero, en pacientes con enfermedades reumáticas y, en consecuencia, más seguimiento médico, la tasa de detección precoz se incrementa todavía más», comentó.
Espondilitis
En un seminario de la Asociación Estadounidense de Espondilitis, los expertos avalaron en general el uso de tratamientos biológicos para este tipo de dolencias aunque, a su juicio, hace falta mejorar los medicamentos intermedios entre la primera opción, los NSAIDs y las carísimas terapias biológicas.
Por esta razón, la mejora de los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad parece esconder la clave para un mejor manejo de estas enfermedades reumáticas. Hasta la fecha, estos fármacos son inyectables y no consiguen aliviar la rigidez asociada a la enfermedad, además de presentar efectos secundarios serios, como toxicidad hepática.
Sin embargo, este congreso ha sido la plataforma de presentación de nuevas generaciones de los mismos que, como principal novedad, «educan» al sistema inmunológico para luchar contra la inflamación mediada por diferentes enzimas. Los medicamentos además se administrarían por vía oral y que han presentado buenos resultados en ensayos clínicos en estudios de hasta fase III, por lo que podrían estar disponibles en pocos años para pacientes con un amplio rango de patologías reumáticas, desde la artritis psoriásica a la reumatoide, pasando por la espondilitis anquilosante.
En cualquier caso, el diagnóstico precoz sigue siendo el gran caballo de batalla para los expertos, que reconocen que se suele tardar más de cinco años en dar con el diagnóstico concreto de la enfermedad. A pesar de que, como explicó el reumatólogo de la Universidad de Texas John Reveille, estas patologías tienen un componente genético claro (el 90% presenta el antígeno HLA-B27), se trata de una mutación que afecta al 7,5% de los individuos de raza blanca, mientras que estas enfermedades afectan a entre el 0,5% y el 1% de la población española
. En concreto, la espondilitis anquilosante , una de las patologías de este grupo con peor impacto en la calidad de vida, afecta a entre el 0,1% y el 0,2% de los españoles, calculándose que existen entre 50.000 y 100.000 pacientes, muchos de ellos aún sin diagnosticar .
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete