Estos trabajos aumentan el riesgo de cáncer de ovario
Peluqueras, esteticistas y contables se encuentran entre las trabajadoras que pueden estar asociadas con un mayor riesgo de cáncer de ovario debido a su trabajo
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Peluquería
Algunas profesiones o trabajos se asocian con determinados cánceres. Eso es lo que señala un estudio publicado en la revista «Occupational & Environmental Medicine» que ha visto que las mujeres que trabajan en peluquerías, esteticistas y contabilidad pueden tener un mayor riesgo de desarrollar ... cáncer de ovario.
Tras analizar los datos de casi 500 mujeres diagnosticadas con la enfermedad y cerca de 900 controles, los investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) han encontrado que trabajar durante más de diez años en profesiones como peluquería o estética triplica el riesgo de cáncer de ovario. El riesgo también aumenta en ocupaciones como contables o en aquellas relacionadas con la industria textil.
Hasta ahora se habían identificado pocos factores de riesgo modificables para el cáncer de ovario. Sin embargo, se sospechaba que algunos factores ambientales, incluidos los asociados con el lugar de trabajo, podrían aumentar el riesgo, pero hay pocos estudios han evaluado los riesgos laborales que enfrentan las mujeres.
Además los que lo han hecho, a menudo no han tenido en cuenta los factores potencialmente influyentes, el historial laboral anterior o han incluido pocos participantes, lo que limita los hallazgos.
En esta nueva investigación, los investigadores se basaron en el historial laboral de un estudio de casos y controles basado en la población, para llevar a cabo un análisis exploratorio que analizó dos dimensiones del entorno laboral: empleo en un rol o industria particular; y exposiciones ocupacionales específicas.
Así, se incluyeron participantes en el estudio PREvention of OVArian Cancer in Quebec (PROVAQ), todos ellos de entre 18 y 79 años, y que habían sido reclutados de siete hospitales de Montreal entre 2010 y 2016 después de haber sido diagnosticados con cáncer de ovario.
En total, 491 de estas mujeres que cumplían con los criterios de inclusión para el estudio fueron emparejadas por edad y distrito electoral con 897 mujeres que no tenían cáncer de ovario.
Este estudio es novedoso por varios motivos, asegura a Science Media Centre Alejandro Pérez Fidalgo, del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Valencia e investigador de INCLIVA. En primer lugar, «porque clásicamente la representación de las mujeres ha sido baja en los estudios de riesgo de cáncer y exposición laboral. Gran parte de la evidencia generada ha sido en estudios realizados fundamentalmente en hombres, que no reflejan la masiva incorporación al mercado laboral de la mujer a partir de los años 80. Por tanto, este tipo de estudios realizados únicamente en una población femenina, aunque cada vez más frecuentes, siguen teniendo un valor especial».
En segundo lugar, añade, «los únicos agentes relacionados claramente con un mayor riesgo de cáncer de ovario son el asbesto y las radiaciones. No se ha podido establecer una clara relación de este tumor con otros carcinógenos químicos».
En este estudio, después de tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los cálculos indicaron que algunos trabajos pueden estar relacionados con un mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Más de 10 años
En concreto, el estudio mostró que trabajar durante 10 años o más como de peluquera, barbera, esteticista y funciones afines se asoció con un riesgo tres veces mayor de cáncer de ovario, mientras que trabajar durante 10 años o más en contabilidad duplicaba dicho riesgo, y trabajar en la construcción con un riesgo casi triplicado.
«Las mujeres que trabajan en ocupaciones relacionadas con la peluquería están expuestas a cientos de productos químicos en altas concentraciones, incluidos tintes para el cabello, champús, acondicionadores, peinados y productos cosméticos», escriben.
La investigación mostró también que tener un empleo a largo plazo en la industria textil se asoció con un riesgo elevado del 85 % de desarrollar la enfermedad, mientras que un trabajo en ventas también elevaba dicho riesgo.
La clave, detalla la investigación, radica en la exposición acumulada a diferentes agentes: polvos de talco, amoníaco, peróxido de hidrógeno, polvo de pelo, fibras sintéticas, fibras de poliéster, tintes y pigmentos orgánicos, celulosa, formaldehído, gases propulsores, productos químicos naturales en la gasolina y blanqueadores.
Para los investigadores, sus resultados «sugieren que el empleo en ciertas ocupaciones y exposiciones ocupacionales específicas pueden estar asociadas con mayores riesgos de cáncer de ovario».
Para Pérez Fidalgo, el estudio debe ser considerado generador de hipótesis. Es decir, «los resultados no pueden ser considerados concluyentes, y por lo tanto requieren una confirmación en un estudio de mayor tamaño». Sin embargo, continúa, «sugieren que podría existir algún tipo de agente químico al cual las mujeres pudieran estar expuestas durante el desempeño de su trabajo en los mencionados sectores y que podría ser responsable de este riesgo aumentado. En la propia publicación identifican 18 agentes potenciales, que van desde el talco al isopropanolol o productos capilares, aunque en este tipo de estudio la relación con el agente químico también debe ser confirmada».
El estudio actual «nos recuerda que, si bien la falta de representación de las mujeres en los estudios de cáncer ocupacional, y de hecho, incluso las posibles estrategias para abordar este problema, se han reconocido durante mucho tiempo, todavía es necesario mejorar el estudio de los riesgos ocupacionales de las mujeres», escriben Melissa Friesen y Laura Beane Freeman, del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. en un comentario que acompaña al artículo.
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