De sospechas de Covid al «peor diagnóstico» de su vida: el drama de una española que comenzó con «dolores turbios»

Hay que remontarse a 2021, en plena vorágine de la pandemia. Sara empezó a notar un día que le faltaba el aire, que tenía molestias y, al comprobar que sus compañeras de trabajo habían dado positivo, dio por hecho que ella también había sucumbido. Se acercó al hospital y aquí es donde comenzó lo extraño del caso: la prueba PCR dio negativo al virus y las radiografías no mostraban nada extraño en los pulmones. Todo estaba aparentemente bien, pero ella seguía con molestias. Lo achacó a algo relacionado con el tabaco, ya que en aquella época «y en especial en momentos de mucho estrés» fumaba mucho.

Al volver a casa, las molestias se convirtieron en auténticos «dolores turbios» en el costado izquierdo del torso y, lo que era más extraño, en los hombros. Ya no era nada normal, sino que cada vez era a más. Volvió al hospital y se dirigió de nuevo a urgencias.

«¿Cómo me iba a imaginar yo que me iba a suceder lo que estaba a punto de suceder?», cuenta Sara. A su vuelta a Urgencias, esta vez de otro hospital, lo achacaron todo a un dolor muscular, por lo que le dieron un calmante y la mandaron para casa.

El calmante no le hizo nada, y esos dolores, que ya no le permitían dormir, se mantuvieron una semana completa. El domingo (ya llevaba 10 días con las molestias), después de descartar que fuera Covid o un dolor muscular, dieron con la clave. Fue gracias a un simple análisis de sangre, donde pidieron un valor muy concreto que estaba «por las nubes» y confirmaba que la coagulación de la sangre no estaba siendo la correcta, ni mucho menos. Gracias a eso, la mandaron directamente a la UCI.

«Tenía los dos pulmones llenos de trombos», confirma esta joven. Y no solo eso, es que en los doctores le confirmaron que lo que parecía «algún trombo» habían sido varios. Además, había tenido un infarto pulmonar que le confirmaron después de varias pruebas y tras ser tratada con anticoagulantes y heparina en el propio hospital, le dieron el alta.

Los doctores le prescribieron un tratamiento de anticoagulantes durante varios meses, además de someterla a diversas pruebas para encontrar el origen de esos trombos. Y la clave fue en un cambio de sus costumbres médicas.

«La conclusión fue: píldora más tabaco. Yo llevaba tomando la píldora (anticonceptiva) dos meses, y era fumadora desde hacía muchos años. Blanco y en botella», explica Sara, a la que también le hicieron pruebas genéticas para descartar cualquier motivo por ese lado.

Tanto esta afectada como los propios doctores recomiendan que, en caso de tener dolores que se salgan de lo razonablemente habitual, lo mejor es acudir al médico o a Urgencias para que realicen pruebas y detecten qué es lo que ocurre. Por supuesto, nunca se debe automedicar sin consultar al doctor, máxime si se tiene sospecha de que puede ser algo serio.