Uno de los mayores impedimentos para el tratamiento de los tumores cerebrales, como el glioblastoma, ha sido la imposibilidad de que la quimioterapia supera la penetrar la barrera hematoencefálica para alcanzar este agresivo cáncer cerebral mortal.
El procedimiento de cuatro minutos para abrir la barrera hematoencefálica se realiza con el paciente despierto y los pacientes se van a casa después de unas horas.
Los resultados muestran que el tratamiento es seguro y bien tolerado, y algunos pacientes reciben hasta seis ciclos de tratamiento.
Se trata del primer estudio que cuantifica con éxito el efecto de la apertura de la barrera hematoencefálica basada en ultrasonido sobre las concentraciones de quimioterapia en el cerebro humano.
La apertura de la barrera hematoencefálica condujo a un aumento de aproximadamente cuatro a seis veces en las concentraciones del fármaco en el cerebro humano.
Los científicos observaron este aumento con dos poderosos medicamentos de quimioterapia diferentes, paclitaxel y carboplatino. La temozolomida, la quimioterapia actual utilizada para el glioblastoma, atraviesa la barrera hematoencefálica, pero es un fármaco débil.
Los medicamentos no se usan para tratar a estos pacientes porque no cruzan la barrera hematoencefálica en circunstancias normales.
Este es el primer estudio que describe la rapidez con la que se cierra la barrera hematoencefálica después de la sonicación
Además, este es el primer estudio que describe la rapidez con la que se cierra la barrera hematoencefálica después de la sonicación.
La mayor parte de la restauración de la barrera hematoencefálica ocurre en los primeros 30 a 60 minutos después de la sonicación, señalan los científicos.
Los hallazgos, escriben, permitirán la optimización de la secuencia de administración del fármaco y la activación por ultrasonido para maximizar la penetración del fármaco en el cerebro humano.
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