La pesadilla de padecer la 'enfermedad de la caricias': cuando un beso provoca un dolor insoportable

Se trata de la neurálgia de trigémino, más conocida como 'enfermedad de las caricias' por sus características. Y es que quienes lo padecen, literalmente, sufren simplemente por recibir el roce de un allegado, un beso o un simple susurro.

Belén toma 15 pastillas al día para ello, pero hace no tanto su vida era totalmente normal. De repente, un día empezó a notar un dolor muy fuerte, casi insoportable, en un lado de la cara. Lo achacó a una muela que le habían quitado recientemente, pero cuando se le durmió el labio y el dolor no se le quitaba, fue al médico: pensaba que era un ictus. Los médicos lo descartaron y le anunciaron algo que no se esperaba: tenía la temida neuralgia del trigémino.

Según Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR), la neuralgia del trigémino o 'tic doloroso', es una afección de dolor crónico que afecta al nervio responsable de la sensación en la cara, incluida la boca. Provoca episodios repentinos de dolor intenso en la cara. El dolor puede ser parecido a una descarga eléctrica, fulgurante (que aparece y desaparece rápidamente), punzante o agudo.

Se considera una enfermedad rara, que en España afecta a unas 35.000 personas. Se puede presentar de dos formas, en función de su dolor y capacidad incapacitante, pero en cualquiera de sus dos casos tiene unas características similares: las crisis dolorosas se pueden desencadenar por un ligero roce, como un beso, una caricia o cuestiones tan naturales como lavarse la cara, afeitarse, comer, beber, hablar o cepillarse los dientes.

«Entras en tal nivel de dolor que me he dado hasta cabezazos con la pared», confesaba Belén a Sonsóles Ónega, que tuvo que dejar su trabajo por las molestias incapacitantes que padecía y ahora está peleando por que le reconozcan la incapacidad plena.

La neuralgia del trigémino no tiene una causa única. Puede ser por un vaso sanguíneo que presione el nervio y, por desgaste, dañe la vaina de mielina, la 'piel' del nervio. También puede ser consecuencia de otras dolencias, lo que hace que esta neuralgia sea una dolencia secundaria. Enfermedades como la eslerosis múltiple o algunos tumores suelen provocar este tipo de secuelas.

Los síntomas de esta enfermedad, sea cual sea su origen, suelen ser los mismos:

Los tratamientos para la 'enfermedad de la caricia' suelen ser medicamentosos para tratar los síntomas o bien quirúrgicos en los casos graves.

Anticonvulsivos como la fenitoína, la oxcarbazepina o la carbamazepina, relajantes musculares como el baclofeno, antidepresivos como la amitriptilina o la nortriptilina o neurotoxinas como las inyecciones de toxina botulínica tipo A (el popular botox) ayudan notablemente a quienes lo padecen.