NUEVA CLASIFICACIÓN
Una de cada 5 personas con sobrepeso ahora serán diagnosticadas de obesidad
No se trata de un sobrediagnóstico, sino un ajuste más fiel a la realidad biológica de la enfermedad, y permite detectar antes a quienes están en riesgo que podrían beneficiarse de un tratamiento adecuado
Un tercio de los niños del mundo serán obesos o tendrán sobrepeso en 2050
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Iniciar sesiónCon el nuevo marco de clasificación de la obesidad propuesto por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO, por sus siglas en inglés). una de cada cinco personas previamente consideradas con sobrepeso ahora será reclasificada como persona con obesidad. Esta ... nueva definición se alinea mejor con la realidad biológica de la obesidad, sostiene Andrea Ciudin, de la Junta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y jefa de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona).
La obesidad no se define simplemente por un número en la balanza, sino como una enfermedad caracterizada por un exceso y/o disfunción del tejido graso que impacta negativamente en la salud. Durante mucho tiempo, explica, «se ha utilizado erróneamente el índice de masa corporal (IMC) como única herramienta diagnóstica. Este índice, que relaciona el peso con la altura, fue creado por un matemático belga con el objetivo de describir las características físicas promedio de la población, y fue validado únicamente en soldados varones de Francia y Escocia, sin considerar su relación con eventos de salud».
El IMC es un parámetro de tamaño corporal, pero no refleja directamente la composición corporal. En cambio, añade, «la obesidad implica no solo un exceso de grasa corporal total, sino también aspectos como su ubicación (grasa subcutánea o visceral) y su funcionalidad. La grasa visceral, ubicada en el abdomen, es metabólicamente activa y se asocia con enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer».
El 76% de los casos de cáncer gástrico podría prevenirse
Rafael IbarraUn estudio publicado advierte que cerca de 15,6 millones de personas nacidas entre 2008 y 2017 en todo el mundo podrían desarrollar cáncer gástrico a lo largo de su vida. De ellos, el 76 % estarían relacionados con la bacteria Helicobacter pylori
Así, una persona con un IMC de 25 pero con una distribución desfavorable de grasa (por ejemplo, un perímetro de cintura superior a la mitad de su estatura) puede tener obesidad, aunque no lo parezca según el IMC, explica Ciudin. «Estas personas presentan un acúmulo anómalo de grasa, especialmente visceral, que se ha relacionado con mayor riesgo de complicaciones metabólicas».
Según esta clasificación, el 18.8 % de los adultos en EE.UU., previamente clasificados como con sobrepeso según su índice de masa corporal (IMC), fueron reclasificados como personas con obesidad señala un estudio que se publica en 'Annals of Internal Medicine'.
La investigación analizó datos transversales y longitudinales de 44.030 adultos estadounidenses de entre 18 y 79 años que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) entre 1999 y 2018.
A pesar de esta reclasificación, los investigadores observaron que el riesgo de muerte de estas personas era similar al de aquellos con peso normal.
Herramienta más sensible
Los resultados sugieren que el nuevo marco de la EASO podría ser una herramienta más sensible para diagnosticar la enfermedad de la obesidad en etapas tempranas, aunque los autores subrayan la necesidad de realizar estudios adicionales para evaluar si estos pacientes se beneficiarían de un tratamiento específico para la obesidad.
La obesidad puede dividirse en dos grandes categorías: enfermedad por exceso de masa grasa, donde hay un aumento del volumen corporal por exceso de tejido adiposo; y por grasa enferma: donde puede no haber tanta cantidad de grasa, pero sí una grasa visceral disfuncional, con inflamación y fibrosis.
En el primer caso, «las personas tienden a tener complicaciones mecánicas, como artrosis, apnea del sueño o reflujo gastroesofágico, mientras que en el segundo presentan mayor riesgo de enfermedades metabólicas como diabetes, hígado graso, infarto o cáncer».
Por tanto, asegura la experta de la SEEDO, «aunque esta nueva definición aumente el número de personas clasificadas con obesidad, estas personas ya presentaban riesgos asociados. No es un sobrediagnóstico, sino un ajuste más fiel a la realidad biológica de la enfermedad. Este enfoque permite detectar antes a quienes están en riesgo y podrían beneficiarse de un tratamiento adecuado».
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