Al inflamarse, aumenta el volumen de la gandula y si se agrava se puede dar 'necrosis pancreática', es decir, destrucción de parte del tejido. Además, si se infecta, el riesgo de muerte aumenta.
Por lo general, la mayoría de pancreatitis son moderadas y responden al tratamiento, pero si se llega a producir necrosis, puede ser necesaria la cirugía y tratamiento médico.
El síntoma más frecuente es el dolor abdominal, que viene acompañado además de una extrema sensibilidad al tocar el abdomen. Además, suele venir acompañado de náuseas, vómitos y febrícula.
Los efectos de la pancreatitis incluyen una deshidratación, por lo que se pueden presentar también síntomas como confusión mental, piel seca y caliente, aumento de la frecuencia cardiaca, respiración rápida y superficial, presión arterial baja, poca producción de orina. Asimismo, la orina puede ser muy oscura, lo que indicaría que la enfermedad está provocada por cálculos biliares.
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