Un sistema inmune hiperactivo causa los trombos que sufren algunos supervivientes de Covid-19

Estos datos pueden ayudar a explicar por qué algunas personas que han padecido la enfermedad siguen teniendo síntomas a largo plazo experimentan accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos semanas o meses después de la recuperación.

La información serviría, además, para diseñar posibles estrategias para ayudar a prevenir estas complicaciones.

«Durante las etapas iniciales de la infección, el SARS-CoV-2 puede atacar el revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que desencadena una inflamación y una respuesta inmunitaria que puede provocar daños en los vasos sanguíneos a corto plazo», explica la primera autora, Florence Chioh , de la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur).

A partir de muestras de sangre de supervivientes de Covid-19 recogidos al mes de su recuperación y alta del hospital, los investigadores descubrieron que, en comparación con las personas sanas, los supervivientes tienen el doble de células de los vasos sanguíneos dañadas -células endoteliales circulantes-, flotando en la sangre.

Y el número era incluso superior en aquellos con enfermedades como hipertensión o diabetes, que también pueden dañar los vasos sanguíneos.

Además de los signos de daño en los vasos sanguíneos, el equipo descubrió que los supervivientes tenían una gran cantidad de proteínas inflamatorias –citocinas-, que son producidas por las células inmunes, especialmente de células T, que ayudan a destruir los virus, a pesar de que el virus ya había sido eliminado del organismo.

Lo que este estudio nos muestra, asegura Chioh, «es que un sistema inmunológico hiperactivo es la causa probable del daño de los vasos sanguíneos que se observa en algunos supervivientes de Covid-19. Y explica que esta situación puede causar «filtraciones en los vasos sanguíneos que aumentan el riesgo de trombos de sangre».

De acuerdo con esta información, los expertos proponen que pacientes con Covid-19, especialmente aquellos con enfermedades crónicas subyacentes, « pueden beneficiarse de un seguimiento cercano posterior a la recuperación », añade la autora principal Christine Cheung. «Esto ayudaría a identificar a aquellas personas de alto riesgo que pueden necesitar anticoagulantes o terapia preventiva para protegerlas de posibles trombosis».