VIRUS DEL ZIKA
Más de la mitad de las mujeres de Brasil han evitado el embarazo por el miedo al Zika
Desde el inicio de la epidemia se han registrado en el país 1.845 casos de microcefalia en bebés
Desde el inicio de la epidemia, hace ya cerca de año y medio, del virus del Zika en Brasil se han registrado oficialmente un total de 1.845 casos de ‘síndrome congénito asociado a la infección por el virus de Zika’ en bebés. Un síndrome que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es consecuencia de la infección por el virus del neonato durante su gestación y que se caracteriza fundamentalmente por la presentación de anomalías cerebrales congénitas –sobre todo, por la microcefalia, que puede acompañarse de defectos en el desarrollo neurológico y de discapacidad intelectual–. Tal es así que, ante el temor, cuando no pánico, de la posibilidad de la transmisión de la infección a sus bebés, muchas mujeres de distintos países sudamericanos han optado por no quedarse embarazadas. Muy especialmente en Brasil. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Brasilia (Brasil) alerta de que más de la mitad de las mujeres brasileñas han evitado la concepción por causa de la epidemia del Zika.
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Como explica Debora Diniz, directora de esta investigación publicada en la revista « Journal of Family Planning and Reproductive Health Care », «nuestros resultados ofrecen una primera visión importante sobre cómo la epidemia del virus del Zika ha modificado las intenciones de embarazo en las mujeres de Brasil. En consecuencia, el país debe reevaluar urgentemente sus políticas de salud reproductiva y garantizar un mejor acceso a la información y métodos contraceptivos ».
Vulnerabilidad ‘étnica’
Para llevar a cabo el estudio, los autores pusieron en marcha en enero una encuesta para conocer el impacto de la epidemia del Zika sobre la salud reproductiva de 2.002 mujeres brasileñas con edades comprendidas entre los 18 y los 39 años –segmento de edad que constituye hasta un 83% del total de la población femenina del país.
Los resultados mostraron que, según reconocieron las propias encuestadas, más de un 56% de las mujeres habían rehuido –o cuando menos, habían tratado de evitar– quedarse embarazadas por su temor a contraer el virus y transmitirlo al neonato . Y en el caso de las mujeres restantes, ¿qué pasó? Pues un 27% aseguró no haber evitado la concepción por causa de la epidemia y un 16% afirmó que, simplemente, no había entrado en sus planes el quedarse embarazadas durante ese período –con o sin epidemia del Zika.
El Gobierno de Brasil debe reevaluar con urgencia sus políticas de salud reproductiva
Debora Diniz
Asimismo, las respuestas de las encuestadas se muestran en consonancia con la distribución de la epidemia a lo largo del país. Y es que dado que los focos de infección se concentran sobre todo en la región nororiental, la evitación del embarazo resultó mayor entre las mujeres del noreste (66%) que del sur (46%) de Brasil .
Es más; los resultados del estudio también podrían, quizás, identificar a los grupos con mayor riesgo de infección en función de la etnia. Y es que como indica Debora Diniz, «las mujeres de raza negra (64%) y mestizas (56%) mostraron una tendencia mayor a afirmar que habían evitado la concepción que las mujeres de raza blanca (51%), lo que muy probablemente refleja el impacto desproporcionado de la epidemia en los grupos raciales vulnerables».
El Gobierno debe intervenir
Y en este contexto, la religión que profesaban las encuestadas, ¿tuvo alguna influencia sobre su decisión de concebir? Pues no. Y es que la evitación del embarazo por el miedo a la infección resultó prácticamente similar entre las mujeres católicas (58%) y las evangelistas (55%).
Sea como fuere, concluye la directora de la investigación, «tal y como indica el elevado porcentaje de mujeres que han evitado el embarazo por el virus del Zika, el Gobierno de Brasil debe posicionar las preocupaciones de salud reproductiva en el centro de su respuesta a la epidemia , incluyendo una mayor disponibilidad de un amplio rango de métodos contraceptivos a través de la sanidad pública».
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