Long covid, cuando la enfermedad del coronavirus no parece tener fin

Aunque la mayoría de los pacientes con Covid-19 regresan a su estado de salud inicial después de una infección aguda por SARS-CoV-2, existe una proporción que mantiene problemas de salud continuos.

Todavía se desconoce el número de personas afectadas con secuelas tardías después del episodio agudo de Covid-19, lo que se denomina long covid o covid persistente , una situación más frecuente en mujeres, pero que parece ocurrir independientemente de la gravedad inicial de la infección y, a menudo, afecta a múltiples órganos.

De hecho, algunos estudios han visto que hasta el 70% de las personas con bajo riesgo de mortalidad por Covid-19 tienen deterioro en uno o más órganos (corazón, pulmones, riñones, hígado, páncreas o bazo) 4 meses después de los síntomas iniciales de Covid-19.

Aunque durante el transcurso de la pandemia se han propuesto varias definiciones de esta situación patológica, lo cierto es que la ausencia tanto de una terminología única como de una definición de caso clínico ha supuesto un inconveniente para avanzar en los informes epidemiológicos, la investigación, las políticas y el manejo clínico de los pacientes afectados.

Ahora, un equipo de investigadores internacionales, liderados por Joan B. Soriano, del Hospital Universitario de La Princesa e investigador del ( Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Respiratorias) publican hoy en la revista « Lancet Infectious Diseases », la primera definición de long Covid. «Es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo », escriben los investigadores.

Se estima que un 16% de personas que superan la infección aguda por Covid-19 desarrollan long Covid. «Es muchísimo», reconoce Soriano, ya que teniendo en cuenta que en el mundo hay más de 265 millones de personas, y en España más de 5 millones que han sido infectadas por el coronavirus, «si se hacen las cuentas, en España por ejemplo podría haber hasta 800.000 pacientes, que requerirán atención, seguimiento por múltiples especialistas y muchas pruebas diagnósticas, que de nuevo colapsarán los servicios de consultas externas hospitalarias y probablemente también los de Atención Primaria, ambos ya muy perjudicados y exhaustos».

Ya se han descrito más de 200 síntomas diferentes asociados a Covid persistente, explica Soriano. Se agrupan en tres grandes fenotipos: respiratorio, fatiga y cognitivo, pero, destaca « la heterogeneidad, combinaciones de síntomas y variabilidad interindividual, no se había visto antes en ninguna infección vírica o bacteriana ».

Para Soriano, se trata de «una definición de consenso, demasiado larga como descripción y quizás se requiera otra para los niños», pero reconoce que es «un primer paso en la buena dirección».

Y explica que en el futuro, cuando haya más información sobre la historia natural de estos pacientes, y más investigación de las historias clínicas, «tendremos unos umbrales de tiempo y duración mucho más exactos y precisos».

Y matiza que diferenciar entre secuelas Post UCI Post unidades de cuidados respiratorios intermedios o enfermedades preexistentes sigue siendo una tarea técnica diaria.

Pero haber consensuado una primera definición, proporciona una base para los estudios clínicos y ensayos en curso, y una mejor exploración de sus mecanismos, factores de riesgo y terapias.

Para Silvia Guerrero, coordinadora del grupo de investigación Long Covid ACTS y una de las pacientes que participó en las encuestas del método Delphi, «Esta primera definición, es indispensable para el avance en el conocimiento de esta nueva entidad».

Sin embargo, aunque se congratula de los avances que se han realizado en la definición de la enfermedad, no coincide «completamente en la terminología, considerando más ajustado Long Covid».

Para otra de las autoras, Pilar Rodríguez-Ledo, médico de Atención Primaria de la ciudad de Lugo y co-autora de la guía de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de Covid Persistente apunta que «estamos asistiendo a un hecho inédito, fruto de un reto más en esta pandemia: la necesidad de consensuar la definición de una patología emergente, que precisa de la colaboración de todos aquellos que estamos implicados en su atención y que, a falta de evidencias, debe recurrir a este consenso Delphi para estandarizar unos mínimos que nos permitan avanzar en la asistencia prestada y en la tan necesaria investigación».

Porque la palabra clave para el colectivo Long Covid ACTS es investigación .

Es un avance, reconoce Isabelle Delgado, de Long Acting Covid., pero hubiera sido más certero hablar de condición post Covid aguda. «Hay personas que se curan de la enfermedad con el tiempo y otras, como yo, que mantenemos el virus en reservorios y seguimos con la enfermedad. No es la fase aguda, pero seguimos con el virus. Y eso es lo que queremos que se investigue».

Explica que esto es algo que ocurre en con otros coronavirus felinos «que si se mantienen reservorios en los tejidos y eso es lo que hace que el virus replique, y no, no son fragmentos de virus como dicen algunas personas» y, por eso, «nos cursa en brotes»

En cualquier caso, añade Soriano, «todo en esta pandemia es un gran reto, un desafío a lo ya conocido, en la que parece que «cada variante se ha comportado un poco como una nueva epidemia en sí misma».

Por ello, concluye, «una definición clínica precisa es fundamental para el diálogo entre diferentes especialistas y especialidades, determinar los factores de riesgo y

protectores y, en definitiva, identificar el mejor tratamiento».