Esta vacuna controla el VIH sin necesidad de tratamiento
El compuesto no logra una carga viral indetectable, que es el objetivo final de los estudios que buscan una cura funcional, aunque es la primera prueba de concepto en personas con el VIH de que la estimulación de las células-T específicas del VIH puede ser un factor que contribuya a las estrategias de curación.
Rafael Ibarra
Una vacuna terapéutica ha permitido que algunas personas con el VIH pudieran interrumpir su tratamiento durante al menos 22 semanas, manteniendo un nivel muy bajo de carga viral.
Los resultados los presentó ayer Beatriz Mothe , del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Badalona ... (España), durante la edición virtual de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2021) y según los datos de un pequeño ensayo clínico logra que un 40 % de los participantes que ha recibido el fármaco controle el virus cuando se les retira temporalmente el tratamiento antirretroviral.
El diseño de la vacuna terapéutica HTI se basó en los resultados de estudios realizados con las personas denominadas «controladores de élite» (personas capaces de controlar el VIH durante largos periodos de tiempo sin necesidad de tratamiento).
Gracias a estos trabajos se identificaron qué respuestas inmunitarias de las células CD4 y CD8 frente a regiones específicas del VIH estaban relacionadas con el control de la carga viral. De hecho, la vacuna fue diseñada para estimular respuestas similares en las personas inoculadas.
Precisamente el miércoles se publicó otro trabajo que mostraba una alta incidencia de controladores de élite del VIH en la República Democrática del Congo (RDC) , una información que puede ayudar a los investigadores a descubrir tendencias biológicas dentro de esta población que podrían conducir a avances en los tratamientos contra el VIH y en vacunas.
El ensayo de seguridad de fase 1/2a de la vacuna AELIX-002 se llevó a cabo en participantes en que habían comenzado el tratamiento antirretroviral menos de seis meses después de haberse infectado por el VIH, habían mantenido una carga viral indetectable durante al menos un año y su recuento de CD4 había sido superior a 400 células/mm3 durante al menos seis meses.
En la primera fase, los 45 participantes fueron asignados de forma aleatoria para recibir ocho dosis de vacuna (o de placebo) a lo largo de un periodo de 18 meses. En algunas de las inoculaciones, el inmunógeno HTI se transportaba en un vector de ADN, en otras se usó un vector MVA y, por último, en otras se utilizó un vector de adenovirus modificado de chimpancé.
En la segunda fase , se invitó a las personas participantes a interrumpir su tratamiento durante 24 semanas para evaluar el impacto de la vacunación sobre el control viral, y 41 decidieron hacerlo.
La carga viral y los recuentos de CD4 de los participantes se controlaron semanalmente. Si la carga viral se elevaba por encima de 100.000 copias/mL en cualquier momento, si superaba las 10.000 copias/mL durante más de 8 semanas o si el recuento de CD4 caía por debajo de 350 células/mm3 dos veces consecutivas, las personas reanudaban el tratamiento de forma inmediata.
Todas las personas participantes experimentaron un rebote de la carga viral, por lo general en las dos o tres semanas siguientes a la interrupción del tratamiento, pero en la mayoría de los casos, sin alcanzar los niveles anteriores al tratamiento. Ocho fueron capaces de mantenerse sin tratamiento hasta la semana 22 y, 5 en el brazo de la vacuna y una en el brazo de placebo, mantuvieron su carga viral por debajo de 2.000 copias/mL durante toda la interrupción del tratamiento.
Es la primera prueba de concepto en personas con el VIH de que la estimulación de las células-T específicas del VIH puede ser un factor que contribuya a las estrategias de curación
Sin embargo, no se alcanzó una carga viral indetectable , que es el objetivo final de los estudios que buscan una cura funcional (un control de forma indefinida de la carga viral del VIH sin necesidad de tratamiento antirretroviral).
Y aunque no está claro qué implicación tiene para la salud el hecho de mantener un control viral prolongado a niveles bajos, pero detectables, Adeeba Kamarulzaman , presidenta de la Sociedad Internacional del Sida , señala que los resultados del estudio son «la primera prueba de concepto en personas con el VIH de que la estimulación de las células-T específicas del VIH puede ser un factor que contribuya a las estrategias de curación».
Es probable que para alcanzar lo que se denomina una cura funcional se requiera un enfoque mixto, por ejemplo, combinando esta vacuna con otras intervenciones. Precisamente, ya se está llevando a cabo un estudio en el que se combina este régimen de vacunación junto con el uso de vesatolimod, un agonista del TLR-7.
Además, al igual que el coronavirus, los virus VIH-1 en circulación mutan en diversas variantes que plantean desafíos para los científicos que desarrollan vacunas para el VIH.
Por eso, comenta Brandon DeKosky , de la Universidad de Kansas (EE.UU.) el desarrollo de una vacuna contra el sida ha sido un desafío durante décadas, «en parte porque nuestro sistema inmunológico tiene dificultades para reconocer todas las diversas variantes del virus del VIH que muta rápidamente».
En los últimos cinco años, se ha logrado un gran progreso en la identificación de mejores métodos de vacuna para proteger contra muchas variantes diferentes del VIH-1. Un paso importante fue cuando los científicos del Centro de Investigación de Vacunas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas descubrieron un anticuerpo prometedor llamado vFP16.02.
Los anticuerpos son proteínas que el sistema inmunológico despliega para atacar y destruir patógenos y virus, y los científicos del NIH determinaron que el vFP16.02 estimulado por una vacuna tenía potencial para combatir eficazmente el VIH-1.
Eso significa que podría administrar una cantidad menor de anticuerpos a alguien como profilaxis y producirá una respuesta inmune mucho mejor y más amplia.
Ahora, un trabajo publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) , muestra varias características mecánicas importantes sobre la protección inmunológica, incluida la fuerza de unión del anticuerpo directamente correlacionada con su capacidad para neutralizar el VIH-1.
«Queríamos ver si podíamos aumentar aún más la potencia y la amplitud de neutralización de este anticuerp o», señala Bharat Madan . «Eso significa que podría administrar una cantidad menor de anticuerpos a alguien como profilaxis y producirá una respuesta inmune mucho mejor y más amplia».
Si bien el trabajo no generará inmediatamente en el desarrollo de una vacuna, podría señalar el camino a seguir para las vacunas que protegerían contra una variedad de variantes del VIH-1.
«El estudio profundiza en los mecanismos de cómo el sistema inmunológico reconoce específicamente el VIH-1 en formas que conducen a beneficios protectores», añade algunos de los conocimientos clave sobre cómo apuntar mejor a las proteínas del VIH-1 en la próxima generación de diseños de vacunas».
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