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DIABETES

Diseñada una terapia con células madre capaz de curar la diabetes tipo 1 en ratones

La inoculación de células madre hematopoyéticas manipuladas para corregir la deficiencia en la producción de PD-L1 es capaz de revertir la enfermedad de forma permanente

Islotes pancreáticos con células beta productoras de insulina ARCHIVO

M. LÓPEZ

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica englobada en las denominadas ‘patologías autoinmunes’, en las que el sistema inmunitario ataca por error al propio organismo –en este caso concreto, a las células beta de los islotes pancreáticos, responsables de la producción de insulina–. En consecuencia, y dado que esta insulina es la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir energía, el torrente sanguíneo acaba portando un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en múltiples órganos del cuerpo. Pero, ¿por qué el sistema inmune se vuelve contra el propio paciente? Pues cuando menos en el caso de la diabetes tipo 1, y según un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Infantil de Boston (EE.UU.), por un defecto en la producción por las células madre hematopoyéticas de una proteína, la PD-L1, encargada de suprimir los ataques autoinmunes. En consecuencia, y como muestran los resultados, la terapia con células manipuladas para corregir este defecto puede revertir la diabetes tipo 1 . Cuando menos en modelos animales –ratones.

Como explica Paolo Fiorina, director de esta investigación publicada en la revista « Science Translational Medicine », «en nuestro trabajo hemos observado que tiene lugar una remodelación real del sistema inmunológico con la inoculación de estas células manipuladas».

Carencia productiva

A día de hoy se han desarrollado numerosos estudios para evaluar distintas inmunoterapias para la diabetes tipo 1. Unos tratamientos que han tenido por objeto detener la destrucción por el sistema inmune de las células productoras de insulina. Sin demasiado éxito, quizás porque no se han diseñado para ‘atajar’ específicamente esta enfermedad. Por ejemplo, el trasplante autólogo de médula ósea, en el que el afectado recibe la inoculación de sus propias células madre hematopoyéticas –tipo de células madre capaces de convertirse en cualquier célula sanguínea, caso de un glóbulo rojo, un glóbulo blanco o una plaqueta– con objeto de potenciar su sistema inmune, ha demostrado ser eficaz, pero solo en un limitado número de pacientes.

Como indica Paolo Fiorina, «las células madre hematopoyéticas tienen capacidades inmunorregulatorias, pero parece que en estas capacidades se encuentran deterioradas en los ratones y humanos con diabetes. De hecho, hemos descubierto que, en caso de padecer diabetes, las células madre de la sangre son defectuosas, por lo que promueven la inflamación y, muy probablemente, desencadenan la enfermedad ».

La corrección de la deficiencia de PD-L1 se presenta como una herramienta terapéutica novedosa para la diabetes tipo 1

En primer lugar, el nuevo estudio ha revelado que las células madre hematopoyéticas tanto de los ratones como de los humanos con diabetes tienen un defecto genético que provoca que sean incapaces de producir niveles normales de proteína PD-L1 . Un defecto de producción que resulta patente ya desde las primeras fases de la enfermedad y que es ciertamente muy importante dado que esta PD-L1 tiene un efecto antiinflamatorio muy potente en la diabetes tipo 1.

Concretamente, esta PD-L1 –o ‘ligando 1 de muerte programada’– es una molécula que actúa como ‘punto de control’ –o ‘checkpoint’– inmunológico. Para ello, lo que hace es unirse a un receptor denominado ‘proteína de muerte celular programada 1’ (PD-1) que se encuentra en la superficie de los linfocitos T inflamatorios que se encuentran activados para causar una reacción autoinmune. El resultado es que, como consecuencia de esta unión entre PD-L1 y PD-1, estos linfocitos T se ‘suicidan’, con lo que el ataque autoinmune se disipa. Pero si no hay PD-L1, la destrucción seguirá su curso.

Defecto corregido

Entonces, ¿qué se puede hacer? Pues en teoría, corregir este defecto en la producción de PD-L1. Tal es así que los autores han extraído las células madre hematopoyéticas de un modelo animal –ratones–, las han manipulado para que porten un gen no defectuoso de PD-L1, y las han vuelto a inocular en sus propietarios –utilizando para ello un virus inocuo como vector.

Los resultados mostraron que, una vez inoculadas, las células madre manipuladas se asentaron en los islotes beta del páncreas, donde contrarrestaron el déficit de PD-L1. En consecuencia, prácticamente todos los ratones fueron curados de la diabetes tipo 1 en un plazo muy corto de tiempo . Y este remedio, ¿es permanente? Pues en muchos casos, sí. De hecho, un tercio de los animales tratados mantuvo unos niveles normales de glucosa en sangre durante el resto de sus vidas.

Es más; dado que las células utilizadas provenían de cada uno de los animales, el procedimiento resulta muy seguro. Como apunta Paolo Fiorina, «dado que se utilizan las células del propio paciente, la belleza de nuestro enfoque es la ausencia virtual de cualquier efecto adverso».

En definitiva, concluye Ben Nasr, co-autor de la investigación, «c reemos que la corrección de esta deficiencia de PD-L1 se presenta como una herramienta terapéutica novedosa para la diabetes tipo 1 ».

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