El Covid-19 también nos ha robado el sueño
La pandemia ha provocado un aumento del 37% en la prevalencia de insomnio clínico y cambios en los patrones del sueño entre el 50-70% de las personas
R. I.
Aunque no existen cifras exactas sobre el impacto que ha tenido el Covid-19 en el sueño de la población española, algunos estudios realizados entre ciertos sectores de la población muestran cifras poco alentadoras.
Por ejemplo, el 80% de los sanitarios españoles padeció insomnio durante ... los meses de marzo, abril y mayo de 2020 y un 90% aseguraba haber sufrido alguna afectación del sueño durante este periodo. En este mismo plazo de tiempo, señala Ana Fernández Arcos, de la Sociedad Española de Neurología (SEN), « los trabajadores a turnos (sanitarios o no) presentaron una mayor probabilidad para el desarrollo de insomnio, pesadillas, sonambulismo, terrores nocturnos o pérdida de calidad de sueño en general».
Según la SEN más de un 10% de la población española, lo que supone más de 4 millones de personas en España, padecen algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave. Pero además, más de un 30% de la población española, es decir, más de 12 millones de españoles, se despiertan con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finalizan el día muy cansado. La Sociedad Mundial del Sueño incluso estima que los problemas del sueño amenazan la salud y la calidad de vida de hasta el 45% de la población mundial.
Más de un 10% de la población española, lo que supone más de 4 millones de personas en España, padecen algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave
Con motivo del Día Mundial del Sueño , que se celebra hoy, los expertos subrayan el importante impacto del sueño en la salud. «Buena parte de nuestra respuesta inmunológica ante un agresor externo como el Covid-19 va a depender de cuánto durmamos habitualmente», afirma Diego García Borreguero, coordinador de la Sociedad Española de Sueño .
En su opinión, «el sueño de calidad tiene un papel protector contra enfermedades infecciosas como la Covid-19 o la gripe. Es un aliado, ya que prepara mejor a nuestras defensas para repeler a enfermedades infecciosas. Dicho de otra forma: en la medida en que durmamos menos o peor de lo conveniente, nuestro sistema inmunológico va a estar más debilitado, lo cual nos hace más susceptibles al contagio», argumenta.
Lo cierto es que e l Covid-19 nos ha quitado el sueño , pero en el sentido literal.
Afirma Fernández Arcos que algunos estudios señalan un «aumento del 37% en la prevalencia de insomnio clínico durante esta pandemia» y en general en todos los que se han publicado hasta la fecha «se describen cambios en los patrones del sueño entre el 50-70% de las personas estudiadas».
Parte de nuestra respuesta inmunológica ante un agresor externo como el Covid-19 va a depender de cuánto durmamos habitualmente
La forma en la que nosotros respondamos a la vacuna contra el Covid-19 va a depender también de lo que durmamos por la noche habitualmente
Todos estos informes, destaca, «coinciden en señalar una peor calidad de sueño relacionada con el incremento de la ansiedad o el estrés que ha generado la pandemia».
La experta ha comentado que «el sueño está involucrado en infinidad de procesos fisiológicos, como la consolidación de la memoria, la regulación hormonal, el control de la respuesta inmune e inflamatoria, la regularización vascular, el procesamiento emocional,… Por lo que una mala calidad de sueño suele ir ligada a numerosos problemas de salud , así como un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares, cambios metabólicos, cáncer».
Asimismo, apunta García Borreguero, estudios científicos, demuestran incluso el impacto que tiene un «sueño de calidad en la efectividad de la vacunación contra enfermedades infecciosas».
De acuerdo con este experto, investigaciones realizadas sobre el virus de la gripe han corroborado que en aquellos pacientes que duermen mejor, la efectividad de la vacuna es superior al desarrollar más anticuerpos. «Todo hace indicar que la forma en la que nosotros respondamos a la vacuna contra el Covid-19 va a depender también de lo que durmamos por la noche habitualmente. Aquellas personas que duerman mejor van a ser también las que tiendan a responder mejor a la vacuna”, argumenta.
¿Cómo dormir bien?
Son tres elementos los que marcan un sueño de buena calidad: la duración, que debe ser suficiente para sentirse descansados y estar en alerta al día siguiente (en la población adulta se estima que este tiempo debe ser entre 7 a 9 horas); la continuidad, porque los periodos de sueños deberían ser continuos sin fragmentación; y la profundidad, ya que el sueño debe ser lo suficientemente profundo para ser reparador.
«Si bien es verdad que los cambios esporádicos en el sueño son normales, la calidad del sueño suele verse influenciada por los hábitos de vida inadecuados , por diversos factores sociales y ambientales y también por situaciones personales (experiencias traumáticas, estrés...) que pueden provocar cambios severos en los patrones de sueño. Teniendo en cuenta esto, lógicamente, la sensación incertidumbre que está generando la pandemia por Covid-19, se ha sumado como un factor más a la hora de generar problemas de sueño entre la población española», concluye la Fernández Arcos.
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