Un mal control del VIH favorece la creación de nuevas variantes del coronavirus

Así, un estudio que se ha presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) muestra dos datos a tener en cuenta.

Primero, que la falta de eliminación de la infección por SARS-CoV-2 en un paciente con VIH avanzado crea las condiciones ideales que pueden conducir a la evolución de mutaciones peligrosas en el SARS-CoV-2, como la variante beta del SARS-CoV-2, identificada por primera vez en Sudáfrica. Además, el trabajo muestra que esta variante está provocando enfermedades más graves en las personas que viven con el VIH.

Lo cierto es que las personas con un sistema inmunológico debilitado pueden darle al virus esta oportunidad.

Ya un artículo publicado en « Science » cuando se detectó la cepa británica se sugirió que las personas con su sistema inmune más débil e infectadas por el SARS-CoV-2 pueden tener durante más tiempo el virus en su organismo, lo que le permitiría desarrollar mutaciones de resistencias.

Otro trabajo publicado en « The New England Journal of Medicine » describía a un paciente inmunodeprimido infectado con SARS-CoV-2 durante 154 días antes de morir. Los investigadores encontraron varias mutaciones, incluida la N501Y. « Sugiere que puede producirse un número relativamente grande de mutaciones en un período de tiempo relativamente corto en un paciente individual », escribían sus autores.

En el nuevo informe subraya la importancia de controlar un virus, el VIH, para ser eficaz frente al SARS-CoV-2. «El control del VIH con terapia antirretroviral podría ser la clave para prevenir esta evolución del SARS-CoV-2 en pacientes con VIH avanzado, ya que la eliminación del virus se ve comprometida si se permite que el VIH se reproduzca durante un tiempo prolongado y da como resultado un daño importante al sistema inmunológico», escriben los autores de este trabajo.

Tal y como señala el investigador Alex Sigal, del Instituto de Investigación de Salud de África, KwaZul (Sudáfrica) y del Instituto Max Planck de Biología de Infecciones de Berlín (Alemania) «as mutaciones evolucionadas conducen a escapar de la neutralización, lo que significa que los anticuerpos producidos como resultado de una infección natural previa o una vacunación funcionarían peor para protegernos de una nueva infección».

Y añade: « el SARS-CoV-2 puede mutar extensamente en una persona si la infección persiste ».

Sigal presentó un estudio de caso de un paciente con VIH avanzado que, a pesar de tener solo una enfermedad leve por Covid-19, dio positivo al SARS-CoV-2 durante 216 días.

La secuenciación genómica reveló cambios en la población viral de SARS-CoV-2 del paciente a lo largo del tiempo, lo que implica múltiples mutaciones en sitios clave, incluido el dominio de proteína de pico que usa el SARS-CoV-2 para ingresar a las células humanas. Se analizó el virus evolucionado y se demostró que tiene propiedades similares a variantes en términos de su capacidad para escapar de los anticuerpos.

Se trata de un caso similar al publicado en la revista « Nature » que mostró el caso de un paciente tratado con la terapia con plasma convaleciente en el que se detectaron diferentes variantes del SARS-CoV-2 en un paciente inmunosuprimido, entre ellas una deleción presente en la variante B.1.1.7 SARS-CoV-2 descubierta en el Reino Unido.

Los datos plantearon una posibilidad, ya sugerida anteriormente aunque todavía no verificada, que señala que la evolución del SARS-CoV-2 pueda producirse en individuos inmunosuprimidos, con sistema inmune más débil,

En cualquier caso, advierte Sigal «nuestros hallazgos subrayan la necesidad de asegurarse de que todas las personas que viven con el VIH reciban el tratamiento adecuado [ese era el objetivo de ONUSIDA para 2020]. De lo contrario, es posible que variantes potencialmente más potentes que las que circulan ahora puedan surgir de personas cuyos sistemas inmunológicos están gravemente dañados», advierte.