Cómo el confinamiento y el rastreo de móviles ayudaron a controlar la epidemia de COVID-19

Basado en datos de encuestas realizadas en casi 1.200 personas en estas ciudades de Wuhan y Shanghái, China, l os resultados muestran que los contactos interpersonales diarios del residente media se redujeron de 7 a 9 veces, de 14 y 20 personas al día en Wuhan y Shanghá i, respectivamente, a aproximadamente dos contactos al día en ambos lugares a principios de febrero, después de que se tomaron medidas de distanciamiento social.

Los datos de la encuesta muestran además que entre el 78% y el 94% de estos contactos ocurrieron en el domicilio, entre otros miembros del hogar.

Los científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Fudan (China), a partir de estos datos de la encuesta de contactos, junto con los datos de rastreo de contactos recopilados en la provincia cercana de Hunan, diseñaron un modelo matemático de la dinámica de transmisión del SARS-CoV-2.

Según su modelo, las medidas de distanciamiento social, y la disminución resultante en los contactos interpersonales, hicieron que las tasas de transmisión cayeran por debajo de los niveles epidémicos en Wuhan y Shanghái.

El modelo también estimó que, en China, los niños menores de 15 años son aproximadamente 40% más susceptibles a la infección por SARS-CoV-2 que las personas mayores de más de 64 años.

Los resultados del modelo sugieren que, aunque el cierre de escuelas ayudó a detener la tasa de transmisión de enfermedades en China, reduciendo el número total de casos y la carga sobre el sistema de salud allí, dichos cierres no habrían sido suficientes para calmar el brote.

Para eso, hizo falta necesario restringir el contacto humano de los residentes con otros que residen en su propio hogar, concluyen los autores de este trabaj o.

El estudio de « Nature », por su lado, recoge los datos obtenidos por el rastreo de datos de teléfonos móviles a nivel nacional de personas en China y concluye que es posible predecir con precisión la propagación geográfica y temporal de las infecciones por COVID-19 hasta dos semanas antes. El estudio analizó la distribución de las salidas de población de Wuhan, China, durante las primeras etapas del brote de COVID-19 en enero de 2020.

Los movimientos de población a gran escala pueden contribuir a que los brotes localizados de una enfermedad se conviertan en epidemias generalizadas. Sin embargo, monitorizar estos flujos de población, puede ser un desafío.

Nicholas Christakis, de la Universidad Yale (EE.UU.) y Jianmin Jia, de la Universidad China de Hong Kong , estudiaron datos anónimos de teléfonos móviles de una importante compañía nacional en China para analizar los movimientos de más de 11 millones de personas que pasaron al menos 2 horas en Wuhan entre el 1 y el 24 de enero de 2020, cuando se impuso la cuarentena. Vincularon estos datos a las tasas de infección por COVID-19 hasta el 19 de febrero de 296 prefecturas en 31 provincias y regiones de China.

Los autores confirman que las restricciones de cuarentena fueron muy efectivas a la hora de reducir sustancialmente el movimiento , ya que las salidas de población disminuyeron en un 52% del 22 de enero al 23 de enero, y en un 94% adicional el 24 de enero.

También muestran que la distribución de las salidas de población podría predecir con precisión la frecuencia y las ubicaciones geográficas de las infecciones por COVID-19 en China con hasta dos semanas de anticipación, e identificar posibles ciudades con alto riesgo de transmisión en una etapa temprana del brote.

Los autores sugieren que el modelo informado en el estudio podría, en el futuro, usarse para evaluar el riesgo de transmisión de la comunidad COVID-19 a lo largo del tiempo en diferentes ubicaciones.

Los hallazgos, además, podrían ayudar a los gobiernos de otros países, que tienen acceso a los datos de teléfonos móviles, a realizar evaluaciones de riesgo rápidas y precisas y planificar la asignación de recursos limitados durante los brotes.