Células T, la inmunidad que nos protege frente a las variantes del coronavirus
Un estudio publicado en «Nature Medicine» sugiere que el plasma inmune de personas infectadas al principio de la pandemia podría no proteger a los pacientes infectados con algunas de las cepas más nuevas
Estas son las próximas vacunas que podrían ser aprobadas en Europa

Cada vez hay más datos que sugieren que las variantes del coronavirus SARS-CoV-2 identificadas en Brasil, Sudáfrica y California poseen mutaciones que podrían hacerlas resistentes los tratamientos con anticuerpos y las vacunas, disponibles.
Pero, como también se ha demostrado en numerosos trabajos, ... las respuestas de las células T del sistema inmunológico pueden seguir siendo protectoras frente a las nuevas cepas.
Un estudio todavía no publicado pero disponible en la web BioRxiv demuestra que estas células claves de la respuesta inmune son eficaces ante estas tres variantes en un grupo de pacientes recuperados y en personas que han recibido la vacuna de Moderna o la de Pfizer/ BioMTech SE
El equipo de Alessandro Sette, del Instituto de Inmunología de La Jolla (EE.UU.) comprobó que mientras que las células T inducidas por las vacunas únicamente pueden reconocer partes de la proteína del pico del virus, las células T generadas por una infección previa son capaces de identificar múltiples partes del virus, incluido la proteína pico y otras proteínas diferentes.
«Muchas de estas zonas no varían o mutan en las nuevas cepas», explica Sette. Es decir, «esto significa que las respuestas de las células T reconocen igual de bien la secuencia 'ancestral' y las de las variantes».
Los expertos señalan que si bien es probable que las células T de memoria circulantes no prevengan la infección, podrían reducir la gravedad del Covid-19. Se sabe, indica Sette, «que las respuestas de las células T están relacionadas con un Covid-19 más leve y pueden contribuir a limitar su gravedad inducida por variantes que escapan parcial o en gran medida a los anticuerpos neutralizantes».
Las respuestas de las células T reconocen igual de bien la secuencia 'ancestral' y las de las variantes
Lo cierto es que las variantes más nuevas del SARS-CoV-2 muestran resistencia al efecto de los anticuerpos neutralizantes en experimentos de laboratorio, según un artículo publicado en hoy «Nature Medicine ». Este hallazgo puede tener implicaciones para el diseño de vacunas y para el uso de terapias con anticuerpos para tratar Covid-19.
Los anticuerpos neutralizantes bloquean la capacidad de los virus para ingresar a las células huésped. Son producidos por el cuerpo en respuesta tanto a la infección como a la vacunación y son importantes porque ayudan a generar inmunidad a largo plazo.
Los autores del estudio publicado en « Nature Medicine » evaluaron la capacidad de los anticuerpos para neutralizar algunos de los linajes más nuevos del SARS-CoV-2, como la variante del Reino Unido (B.1.1.7), así como quiméricos modificados genéticamente, es decir, virus que contienen las proteínas de pico de variantes sudafricanas (B.1.351) y brasileñas (B.1.1.248), como la cepa Washington de SARS-CoV-2 (Wash SA-B.1.351).
El estudio es importante porque puede tener implicaciones terapéuticas. Los científicos de la Universidad de Washington (EE.UU.), obtuvieron anticuerpos monoclonales y muestras de suero (que contiene anticuerpos neutralizantes) de pacientes convalecientes con Covid-19 y de personas que recibieron la vacuna Pfizer-BioNTech para verificar su capacidad neutralizante frente a un panel de variantes del SARS-CoV-2 de origen natural. y sintéticas del SARS-CoV-2 creadas en el laboratorio.
Así, vieron que la mayoría de las muestras tenían una baja capacidad inhibidora contra virus con la proteína de pico B.1.351 u otros virus del SARS-CoV-2 que contenían mutaciones en las posiciones 484 y 501, lo que sugiere que los anticuerpos neutralizantes actuales pueden tener menos eficacia contra las variantes sudafricanas o otros virus con mutaciones en 484 y 501.
Es decir, explican en su trabajo, « el plasma inmune de personas infectadas al principio de la pandemia podría no proteger a los pacientes infectados con algunas de las cepas más nuevas ». Además, afirman es posible que sea necesario realizar ajustes en algunos de los cócteles de anticuerpos terapéuticos existentes, así como en las secuencias de la vacuna.
Lo más sencillo sería actualizar las vacunas actuales para que se dirijan a una variante de la proteína de pico debido al gran éxito que han demostrado contra la cepa parental SARS-CoV-2
Sin embargo, la buena noticia es que los resultados del estudio del Instituto de Inmunología de La Jolla pueden tener implicaciones potenciales para el futuro diseño de nuevas de vacunas con el fin que tengan una inmunidad protectora más amplia contra las nuevas variantes.
«Lo más sencillo -aseguran en su artículo- sería actualizar las vacunas actuales para que se dirijan a una variante de la proteína de pico [algo en lo que ya están trabajando las compañías que fabrican las vacunas actualmente disponibles y las que todavía no se han aprobado], debido al gran éxito que han demostrado contra la cepa parental SARS-CoV-2. Pero nuestros resultados sugieren que un enfoque alternativo que podría implicar la inclusión de antígenos y epítopos adicionales , quizás seleccionados sobre la base de una baja propensión mutacional, para garantizar que los anticuerpos neutralizantes se complementen con respuestas de células T para minimizar la morbilidad y mortalidad del Covid-19», concluyen.
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