Un 40% de los adultos sin enfermedad cardíaca previa tienen aterosclerosis

Las técnicas de imagen como la tomografía computarizada cardíaca se emplea habitualmente para evaluar a las personas que tienen riesgo de enfermedad cardíaca, pero que no presentan síntomas para la puntuación de la calcificación de las arterias coronarias (CAC).

La técnica crea imágenes transversales de los vasos que suministran sangre al músculo cardíaco para evaluar la presencia y la densidad de la placa que contiene calcio en las arterias coronarias.

Basándose en dichas exploraciones, se estratifica a los pacientes en función de su calcificación en las arterias (CAC) para estimar su riesgo de enfermedad coronaria. Dicha puntuación puede ser de 0 a más de 400.

Así por ejemplo, una de 400 o más se asocia con un alto riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un ictus o morir a causa de cualquiera de los dos en los próximos 10 años. Sin embargo, este sistema de valoración puede pasar por alto un porcentaje de personas que están en riesgo de sufrir un ataque cardíaco aunque tengan una puntuación de cero.

«Medir la calcificación de las arterias es importante, pero no brinda información sobre la aterosclerosis no calcificada, que también aumenta el riesgo de ataque cardíaco», advierte el autor del estudio, Göran Bergström , de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).

El grupo de Bergström reclutó al azar a una serie de participantes de entre 50 y 64 años del censo sueco de 2013 a 2018 como parte del Estudio sueco de bioimagen CArdioPulmonary.

En total, analizaron los datos de 25.182 participantes sin antecedentes de un ataque cardíaco previo o intervención cardíaca que se sometieron tanto a exploraciones para valorar la calcificación como a una angiografía por tomografía computarizada coronaria (TCC), una técnica radiológica que proporciona una imagen muy detallada del interior de las arterias que suministran sangre al corazón.

Los investigadores querían determinar la prevalencia de aterosclerosis en la población general sin enfermedad cardíaca establecida y cómo se correlacionaban los hallazgos de la angiografía por TCC con las puntuaciones de calcificación arterial.

Además de observar que gracias a la angiografía por TCC se detectaba algún grado de aterosclerosis en más del 42% de los participantes del estudio, esta técnica también encontró que en el 5,2% de las personas con aterosclerosis, la acumulación obstruyó el flujo sanguíneo a través de al menos una arteria coronaria (de cada tres) en un 50% o más.

Asimismo, escriben en su trabajo, se apreció que en casi el 2% de los que tenían acumulación de calcio en las arterias , la aterosclerosis fue aún más grave.

La aterosclerosis comienza una media de 10 años después en las mujeres en comparación con los hombres y era 1,8 veces más común en personas de 60 a 64 años en comparación con las de 50 a 54 años.

«Las guías actuales de la American Heart Association / American College of Cardiology para la prevención de ataques cardíacos establecen que los adultos con una puntuación CAC cero y un nivel intermedio de factores de riesgo tienen un riesgo bajo de sufrir un ataque cardíaco futuro. Sin embargo, hemos visto que el 9,2% de las personas que encajan en esa descripción tenía aterosclerosis en sus arterias coronarias visible por angiografía», asegura Bergström.

Una de las fortalezas de la angiografía por TCC , añade, «es que se puede detectar la aterosclerosis no calcificada. Encontramos que el 8,3% de los adultos tenía una o más placas no calcificadas. Se cree que la aterosclerosis no calcificada es más propensa a causar ataques cardíacos en comparación con la calcificada».

La aterosclerosis coronaria no da síntomas y es común entre los adultos de mediana edad y aumenta drásticamente con el sexo, la edad y los factores de riesgo. Por eso, apunta Bergström «a calcificación elevada significa que existe una alta probabilidad de tener obstrucción de las arterias coronarias . Nos obstante, lo que es más importante, pero tener una puntuación cero no excluye a los adultos de aterosclerosis, especialmente si tienen muchos factores de riesgo».

Una limitación del estudio es que carece de información de seguimiento sobre cómo se desarrolla la enfermedad cardíaca cardiovascular en esta población, lo que hace imposible determinar si estos hallazgos predicen la enfermedad cardíaca clínica en esta población.