Kombucha: Lo que debes saber de la bebida de moda

Cumple todos los requisitos para convertirse en el «superalimento» de moda. «Es exótico, no formaba parte de nuestra cultura gastronómica, nos promete un montón de propiedades saludables, tiene cierto halo de exclusividad o de novedad y unas características que le hacen parecer nutritivo y muy saludable. ¿Es mejor que otros fermentados? No, no tenemos pruebas de que sea un alimento superior a otros fermentados ni de que tenga propiedades saludables específicas ni mucho menos», asegura a ABC Salud Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos, dietista-nutricionista y especialista en seguridad alimentaria.

Es más, en opinión de esta experta, en comparación con otros fermentados menos glamurosos pero más populares, como el yogur natural , tiene algunas desventajas: al prepararse a partir de té con azúcar, «aunque parte de ésta se transforma con la fermentación, hay otra que no, por lo que quedan azúcares libres en el producto». Contiene cafeína, cuya cantidad dependerá de la variedad de té utilizada. Y otro dato a tener en cuenta es que la fermentación de la kombucha también genera alcohol . Cuanto más tiempo la dejamos fermentar, menos azúcares, pero más alcohol se genera. «En la industria esto está controlado, pero si la preparamos en casa y dejamos que fermente mucho tiempo, el contenido aumenta», explica Robles, que desaconseja la elaboración casera , y menos con un scoby que nos haya pasado un amigo, por el riesgo de contaminación microbiológica. «Esto no pasa cuando hacemos yogur con yogurtera en casa porque partimos de un yogur industrial que nos garantiza que los únicos microorganismos que tiene son los de fermentación», añade.

En cuanto al alcohol que puede contener la kombucha, en las industriales no aparece en la etiqueta porque al ser una cantidad pequeña no es obligatorio. «Las bebidas alcohólicas tienen que declarar el volumen de alcohol siempre que sobrepase 1,2º . Si es inferior, no tienen obligación», aclara Robles. En cualquier caso, la experta en seguridad alimentaria recomienda evitar esta bebida en niños, mujeres embarazadas o personas con sensibilidad al alcohol. Sobre los azúcares, basta con consultar la etiqueta nutricional para saber qué cantidad lleva cada marca.

Al tratarse de una bebida fermentada se considera un probiótico , motivo por el que se le atribuyen supuestos beneficios para la salud. «Los probióticos son bacterias vivas que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal, lo cual podría derivarse en efectos beneficiosos en el metabolismo, sistema inmune, aparato digestivo incluso a nivel cerebral. A pesar de todos estos potenciales beneficios, una reciente revisión publicada en la revista Nutrients concluye que no existen ensayos clínicos aleatorizados que estudien los efectos beneficiosos de la kombucha a nivel de la modificación de la flora o microbiota intestinal. Es decir, actualmente no disponemos de ningún estudio que indique que la kombucha pueda tener efectos beneficiosos en algún aspecto de la salud en humanos», coincide la doctora Katherine García Malpartida, del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Como no cuenta con evidencia científica que respalde las supuestas propiedades que se le atribuyen, « en la UE no hay ninguna declaración de propiedades saludables reconocidas para la kombucha», añade Robles.

La kombucha puede ser una alternativa más saludable que un refresco azucarado que se toma de forma ocasional, pero no sustituye a una bebida esencial como el agua. «El agua es el único líquido imprescindible para la vida. La composición exacta de la kombucha dependerá de las bacterias y los hongos utilizados, así como el estado del proceso de fermentación, lo cual condiciona su grado de alcohol. Además, la kombucha puede comercializarse mezclada con otra serie de bebidas azucaradas», advierte la doctora Malpartida.

«No es mejor que una infusión fría o el agua o un café con hielo. Si te gusta la kombucha como capricho por su sabor, vale, pero no lo tomes pensando que es agua de Lourdes. Y si queremos comer fermentados, tenemos a disposición otros muy baratos como los yogures naturales», concluye Robles.