Yoga con cerveza, la curiosa práctica deportiva que triunfa en Dinamarca: «No podía ser mejor»
Una instructora impulsa estas particulares clases, que cada vez ganan más adeptos
El método para entrenar tu cuerpo y tu mente y ponerte en forma definitivamente
A. Cabeza
Barcelona
No todos tienen asimilada la misma manera de hacer deporte. Hay quienes lo asocian a realizar ejercicio al aire libre y los que necesitan clases dirigidas. Unos prefieren hacerlo en soledad y otros que no ven otra opción que practicarlo con más gente, ya ... sea realizando competiciones en equipo, contra otras personas o simplemente con acompañantes con las que compartir el momento.
Más allá de esto, de vez en cuando surgen propuestas un tanto más rocambolescas o chocantes por su novedad. Buen ejemplo de ello es lo que desencadenó la pandemia del Covid en Barcelona, cuando centenares de aficionados al deporte invadieron la zona de la playa para realizar deporte, algunos de ellos el innovador 'paleotraining' que tanto llamó la atención.
Ahora desde Dinamarca ha llegado una práctica igual de estrambótica, que incluso a algunos les puede llevar a cuestionar si realizar este tipo de ejercicio es sano. Allí se han empezado a realizar sesiones de 'beer yoga', es decir de las típicas posturas pero con latas de cerveza de por medio.
«A veces bebemos durante el ejercicio»
La idea la está poniendo en marcha Anne Lund, una personal trainer de 40 años que, con la llegada del buen tiempo ha empezado a citar a sus alumnos para combinar ambos mundos. El plan, que se celebra cada miércoles, es una clase al aire libre en los muelles del puerto de Copenhague con material un tanto curioso, una lata de cerveza, que se usa para realizar los estiramientos. Ella da clases similares en gimnasios o incluso en fábricas de cerveza.
«Son ejercicios de yoga totalmente básicos. A veces bebemos durante el ejercicio, a veces entre dos» movimientos, explica la propia Lund, que se encarga de distribuir la lata con la que instará a realizar varias posturas. En las últimas clases se han llegado a concentrar un centenar de personas. «Me encanta el yoga, pero también me gusta la vida y sentirme bien», reconoce la instructora.
Durante la sesión, entre la concentración que se requieren para estos momentos, hay momentos de jaleo. Por ejemplo, cuando uno de los alumnos consigue mantener el equilibrio con una sola pierna y la lata en la cabeza.
«Todo el mundo empieza y quiere intentarlo, incluso si nunca han hecho yoga antes. Yo no soy una experta en yoga, pero intento hacerlo lo mejor que puedo, y beber al mismo tiempo», explica a Reuters una de las practicantes, Charlotte Mahaffey, que a sus 50 años ha probado una de las sesiones. Jacob, que hace poco hizo su primera clase de yoga de su vida, reconoce que «fue realmente genial estar aquí sentado al sol y hacer un poco de ejercicio mientras bebes tu cerveza. No podía ser mejor».
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Alfonso M. Arce
Lo que aseguran quienes han probado la 'beer yoga' es que no queda ni una sola lata llena al final de la cita. Y es que al final de la clase, el buen ambiente y el sol que cae en el muelle invita a quedarse medio tumbadas en las esterillas disfrutando del momento.
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