Una veterinaria explica cómo elegir clínica para tu mascota para que la visita sea económica

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Carmen Aniorte

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Sin embargo, no todas las clínicas veterinarias son iguales. Dependiendo de nuestras necesidades específicas y las de nuestras mascotas, podríamos decantarnos por una u otra. En este sentido, la veterinaria e influencer @mariavetican ha compartido en uno de sus últimos vídeos de TikTok una serie de consejos para escoger un buen veterinario y que sea lo más económico posible.

Lo primero que matiza la usuaria es que hay distintos niveles dentro de la veterinaria, y que esto es algo que mucha gente desconoce y termina acudiendo al más caro. «Normalmente vamos a la clínica de siempre porque nos cae bien el profesional que allí trabaja, pero igual estamos pagando de más por algo que no necesitamos«, apunta.

De este modo, la experta desgrana uno por uno el tipo de servicios veterinarios que existen. El primero, y el más barato, son los consultorios. Estos suelen contar con un único profesional que no atiende urgencias ni cuanta con las instalaciones necesarias para la mayoría de intervenciones. Este tipo de veterinarios, explica María, son los más indicados para consultas regulares, así como para la compra de alimentos y medicamentos específicos.

Después, en un segundo nivel, están las clínicas, que son el tipo más variado de servicios veterinarios. Sobre éstas, María explica que pueden ir desde una pequeña clínica de barrio, hasta grandes centros que parecen un hospital, con un gran número de profesionales con la capacidad de realizar ciertas intervenciones como la esterilización.

Por último, el servicio más caro, explica, son los hospitales, que suelen contar con servicio de urgencias 24 horas y tienen un amplio abanico de especialistas que atenderán cualquier necesidad del animal. La experta aconseja sólo acudir a estos lugares en caso de necesidad extrema, pues «evidentemente, son mucho más caros que cualquiera de los dos sitios anteriores».

Pero las distinciones no terminan aquí. María aconseja, además, considerar variables como la cercanía de las clínicas a los grandes núcleos urbanos. «Esto es como cualquier negocio privado, no es lo mismo ir a la cafetería de tu barrio, que tomar algo en pleno centro de Madrid. Evidentemente, la zona afecta al precio de la consulta o de la intervención», apunta.

En este sentido, María aconseja llamar siempre antes de acudir al veterinario. Perder el miedo a preguntar por el precio y comparar. Eso sí, asegura, tampoco hay que tirar siempre por lo barato. Lo mejor es siempre comparar precios que se encuentren dentro un mismo orden de magnitud razonable y desconfiar de ofertas que parezcan demasiado buenas para ser reales.