Una trabajadora de un crucero explica lo peor de vivir durante meses a bordo: «No todo es de color de rosas»
Paola ha enumerado varios aspectos pero acaba destacando que a pesar de ellas ama su empleo
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Una trabajadora de un crucero explica lo peor de vivir a bordo: «No todo es de color de rosas»
Los cruceros son una potente alternativa vacacional. Se estima que este sector acoge anualmente a unos 35 millones de viajeros por todo el mundo, que escogen este plan por combinar a la perfección el turismo y el descanso en unas instalaciones de ... lujo. Muchos lo habrán probado, o fantaseado con unos días en estos gigantescos barcos, que también son un interesante punto laboral.
En efecto, como les ocurre a pilotos y azafatas, formar parte de la tripulación de un crucero suele despertar mucho interés. Se entiende que son perfiles que disfrutan de la vida a bordo, pueden conocer muchos destinos, cobran buenos sueldos y no tienen que preocuparse por la comida o el alojamiento y también acaban haciendo muchos amigos.
Sin embargo, se dice que no es oro todo lo que reluce y ahora Paola, una joven que trabaja desde hace tiempo como tripulante de cruceros, ha explicado lo que menos le gusta de su empleo. Ella es una acérrima defensora de su profesión, como demuestra a diario en su perfil de TikTok (@paodecruero) pero en esta ocasión ha querido mostrar la otra cara y el vídeo suma, en solo tres días, más de 305.000 visualizaciones.
«Si hay mal tiempo...»
«Algunas cosas que no te dicen de la vida a bordo», avisa Paola en su publicación, en la que deja claro que cuando estás viviendo y trabajando en un crucero «no todo es de color de rosas». Así, en primer lugar da por entendido que está trabajando muchísimas horas ya que sea a la hora que sea «si estás afuera de tu cabina tienes que llevar tu nombre», con lo que se deduce que te pueden pedir ayuda en cualquier momento.
Además, la joven explica, desde un vídeo grabando desde la cabina del barco en la que vive, que tiene que pagar por Internet, que se entiende que debe usar mucho para estar en contacto con el resto del mundo, y que como se puede uno imaginar «extrañamos a nuestras familias» y que «no tenemos días de descanso» mientras están en pleno viaje. «Si hay mal tiempo nos mareamos», confirma también Paula, rompiendo otro mito.
En este sentido, ella puntualiza que durante la vida a bordo, y con los requerimientos de empleo que tiene, «hacer una rutina es difícil». Finalmente, Paola lamenta, con icono de tristeza incluido, en que a menudo le ocurre que «haces amigos y después se van». Su conclusión, sin embargo, es muy clara: «Aún así yo amo mi vida a bordo», dice ella para acabar el vídeo.
En efecto, este no es el tono habitual de Paola, que siempre piropea su profesión. De hecho, ha dejado claro en varias ocasiones que le encanta porque trabaja pocas horas al día, ha podido conocer a amigos (o incluso a su pareja, que también es tripulante) y que ve su empleo como un sitio para ir creciendo y acabar dirigiendo un crucero, que es su sueño.
«Quizás de lo más triste es del hacer amigos y se van... a la familia la volvemos a ver, aunque evidentemente se extrañan», le ha contestado un usuario que parece que también trabaja en el sector. Ella le responde con tono esperanzador y recuerda que «lo bueno es que los que son verdaderos amigos siempre quedamos en contacto y a veces en vacaciones nos visitamos o hasta corremos con la suerte de estar en otro barco juntos».
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