Cada cuánto tiempo hay que lavar las sábanas y por qué

De hecho, esta tarea es crucial porque en la ropa de cama se acumulan ácaros y otros microorganismos que pueden ser perjudiciales para la salud, ya que pueden contribuir a transmitir infecciones o provocar alergias. El hecho de que la suciedad no sea visible en bajeras, fundas de cojines y protectores de colchón dificulta detectar algún posible problema.

Además, en verano, por el calor del día y las noches cada vez más tórridas, parece más fácil detectar cuándo hay que efectuar el cambio pero en invierno muchos aguantan más días sin tocarlas. Dormir con nórdico, una prenda muy engorrosa de colocar, hace que algunos alarguen la hora del cambio, y como en invierno cuesta más secar la colada tendida, para qué negarlo, también da pereza por el cambio.

Por eso es habitual que muchos se pregunten cada cuánto hay que lavar las sábanas. De hecho, cada casa tiene sus normas no establecidas: mientras que unos saben que cada fin de semana, o cada dos, toca cambiarlas otros se dejan llevar por las sensaciones y aguantan con las mismas sábanas hasta que creen que empiezan a oler mal. Estos son los plazos que los expertos recomiendan.

Por lo general, se da por hecho que las camas necesitan un cambio semanal. En este sentido, se estima que en épocas de frío, si se duerme sin calefacción, la frecuencia de lavado se puede fijar en unos 10 o 12 días. Y, por el contrario, con estancias muy calientes, o en verano, los microorganismos tienden a proliferar y allí sí es importante el cambio más frecuente.

Los expertos recuerdan que las viviendas con personas alérgicas extremen los cuidados y realicen esta tarea doméstica muy a menudo incluso dos veces a la semana para aliviar las reacciones. Lo mismo ocurre si en casa hay alguna persona enferma: con fiebre, por ejemplo, es buena opción el cambio diario. En este caso, además, es especialmente importante efectuar el lavado con agua caliente.

Además, se aconseja que el día en que se cambian las sábanas se ventile más que otros días la habitación. Igualmente, aunque parece obvio, no está de más comentar que cuando la cama está deshecha es importante que nadie se siente ni apoye cosas sobre la bajera ni que se manipulen las sábanas o almohadas con las manos o ropa sucia.