Suspende el examen de conducir de camión y amenaza a la autoescuela con cartas con centenares de grullas de origami

El hombre, un joven japonés de 22 años, acabó detenido

Un joven muestra diferencia entre España y Colombia al cruzar un paso de peatones

El origami, una práctica muy popular en Japón ABC

A. Cabeza

Barcelona

Historia surreal llegada desde Japón. El país nipón ha tenido, históricamente, particulares formas de protesta, o al menos así se ha extendido. Es lo que ocurre con la conocida como huelga a la japonesa: una expresión que se ha instaurado en España, que significa ... un modo de manifestación por el que los empleados trabajan más de la cuenta y que, en realidad, tiene algo de falso porque en el país, en el fondo, se protesta muy poco.

Eso no quita que, como en otras partes del mundo, haya quién lo haga y quién decida hacerlo con acciones simbólicas, curiosas o incluso chocantes. Esto es lo que hizo un joven de 22 años de Kobe que el pasado 11 de mayo fue detenido por su particular acción, que contenía de por medio grullas de origami.

Esta técnica conocida como origami consiste en el plegado del papel y tiene a la grulla como una de sus construcciones más comunes. Todo ello porque, como recuerdan desde el país nipón, se convirtió en un símbolo de paz cuando una víctima del bombardeo de Hiroshima estuvo doblando miles de grullas creyendo que se cumpliría un deseo.

Contra un empleado

Fuera con el mismo objetivo de deseo o no, el joven envió entre el pasado octubre y abril 15 cartas amenazantes y un estuche que contenía unas 1.500 grullas de origami a su antigua autoescuela, según explica el portal nipón Japan Today. Todas ellas se dejaron el buzón del negocio, iban al nombre de un empleado de 39 años e incorporaban mensajes como '¡Muere!' o 'Deja tu trabajo ahora'.

Tras la denuncia interpuesta, la policía empezó las investigaciones y gracias a la videovigilancia consiguieron identificar al sospechoso, que resultó ser un exalumno de la escuela que en 2022 no había conseguido aprobar el examen de conducir de camiones. El hombre fue detenido y no pudo hacer más que admitir el caso.

Reconoció entonces que su enojo se había debido al «pobre estilo de enseñanza» que entiende que recibió. La policía también le preguntó, como es obvio, por las grúas y su respuesta fue chocante. Le habían ayudado a calmarse. Las reacciones, con todo, a su noticia no pudieron ser más irónicas: hubo quien le aconsejó olvidarse de conducir y centrarse al origami, mientras que otros se preguntaron por qué no había podido poner ese esfuerzo al volante antes que con el papel.

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