Un psicólogo especialista en Recursos Humanos explica por qué las personas que menos se quejan son las más perjudicadas en la empresa: «Lo he visto infinidad de veces»
Rafa Alonso señala que en ocasiones las personas que más trabajan están más saturadas que hacen lo mínimo
Una psicóloga explica la manera como evitar uno de los problemas más habituales en toda relación: «Tu pareja no puede dártelo todo»
Un psicólogo especialista en Recursos Humanos explica por qué las personas que menos se quejan son las más perjudicadas en la empresa
El entorno laboral puede generar conflictos, pero a veces estos van más allá de la gestión de la empresa o de discrepancias con los jefes o incluso están por encima de las condiciones económicas. A veces, esos conflictos se generan dentro de los propios ... equipos entre los compañeros.
Una de las cosas más habituales que puede generar este malestar se produce cuando, por ejemplo, un empleado trabaja mucho más que otro, pero, sin embargo, no se ve recompensado. Al contrario, la carga de tareas comienza a desgastarle generando una situación de malestar mental.
De ello ha hablado precisamente Rafa Alonso, un psicólogo especializado en Recursos Humanos que ha dedicado los últimos años de su carrera a trabajar en este área de las empresas. «Las personas que no se quejan, que trabajan más duro y que consiguen resultados son las más perjudicadas de toda la empresa», resume. Afirma, desde su experiencia, que lo ha visto «en infinidad de ocasiones».
Un psicólogo explica por qué algunas personas se ven perjudicadas en su empresa a pesar de ser eficientes
Señala que hay trabajadores que «no dan ni un palo al agua» pero que «cobran lo mismo que el resto teniendo todavía menos responsabilidades». Esto puede ser una fuente de frustración en las personas más productivas del equipo que, a veces, no se explican por qué esas personas pueden continuar con su actitud de dejadez en la empresa.
El psicólogo tiene la respuesta: «Psicológicamente, los líderes ven a estas personas que trabajan muy duro como personas en quienes pueden confiar para sacar trabajo». Alonso destaca que todo es tan sencillo como que «si piensas que alguien te la va a liar, no le das trabajo». «Se genera un situación totalmente injusta en la que la persona que es eficiente y que hace las cosas bien tiene muchísimo más estrés que va al trabajo y se va para su casa», resume.
Desde la comprensión de esta situación, Alonso da una serie de consejos a los que lo viven en su día a día laboral. La solución no pasa por dejar de ser responsable, pero sí recomienda «poner límites» para «conservar la salud mental».
Se refiere, por ejemplo, a pedir un salario acorde a las responsabilidades que está asumiendo la persona o equivalente a la carga de trabajo: «Si la empresa no entra por el aro, que ese trabajo que confian que hagas, lo haga el otro».
En los comentarios a la publicación, algunos han insistido en que poner límites a veces no es tan fácil ya que la empresa no tiene por qué ceder y no todos los trabajadores pueden permitirse dar un ultimátum.
Otros consideran que hay jefes que no están preparados para serlo, mientras que otros aplican el consejo contrario: en lugar de pedir más dinero, cuando estas situaciones ocurren trabajan en función de su salario.
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