Prueban chucherías españolas y valoran los productos: «No sé cómo tardé tanto...»
Una estadounidense y un argentino pasan lista de algunos de los productos más míticos de nuestro país
Un australiano señala el utensilio que jamás ve en las cocinas españolas: «¿Dónde están?»
Sam y Hernán son pareja. Ella es estadounidense y él, argentino. Tienen una identidad compartida en redes con más de un millón y medio de seguidores donde efectivamente publican retos y vídeos juntos, todo en habla hispana. También llevan su propio negocio de mate. Hace ... poco se lanzaron con todo al mercado español, y grabaron un reto probando «chucherías» típicas de nuestro país. La convocatoria: Pantera Rosa, Risketos, Pikotas, Palomitas de ketchup y mostaza, Filipinos, Conguitos, Phoskitos y Lacasitos.
«No sé cómo tardé tanto en probar todas estas maravillas de la España», que dice Hernán. Sam, por su parte, mezcla su atropellado español con acento estadounidense y ciertos matices argentinos, palabras, melodías. Sí, resulta difícil entenderla.
@medialuncita Probamos chuches españolas 🇪🇸😅 #chucherias #españa #parejainternacional #argentina #usa ♬ original sound - Sam y Hernán
Prueban chucherías españoles y valoran los productos
«Primera chuchería a probar: Pantera Rosa. No tengo mucha fe», comienza diciendo Sam. Luego le cambia el parecer: «Muy rico. Es un 10 de 10. Y sabe como a piña», añade después de sorber algo de mate. Hernán comparte resolución. Con los Risketos, más de lo mismo. Sam asegura, empero, que «los de Estados Unidos son mejores».
El primer revés llega con las Pikotas. Sam lo intuye: «Son duras... tengo miedo». Tras probarlo, lo confirma: «No, horrible, horrible, no. Lo peor que hay». Acompaña su veredicto con cara de asco. Hernán, divertido mientras asiste al espectáculo de su pareja, se desmarca: «A mí me encanta. Ocho de 10». Los Filipinos también se llevan el beneplácito de ambos, así como los Conguitos, «1000 de 10. Otro nivel. Mejor que los M&M's». Pero no los Phoskitos: «Les doy un cinco porque vienen con un dinosaurio de juguete».
A continuación, abren una bolsa de palomitas de ketchup y mostaza. El olor ya sesga su valoración posterior: «Una de las peores cosas que he probado en mi vida. Aparte, el mate tiene un gusto horrible ahora». Los Lacasitos, ya por último, sí les dejan un mejor sabor de boca, literal y figuradamente.
En la caja de comentarios, no se podía saber, se declara una defensa acérrima de todos y cada uno de los productos suspensos. Anuncios de televisión, guarrerías de Halloween, kioskos de verano. No solo el estómago o nuestras papilas gustativas: también nuestra memoria se alimenta de todas estas «chucherías».
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