La joven se ha acercado a Mercadona a por un cartón de leche para su hermano. Sin embargo, no ha podido efectuar la compra.
Ante este problema, la chica le ha preguntado a una mujer que estaba en la cola si podía comprar el producto. «Perdona, es que me he dejado el dinero. Es para mi hermano, por favor. No ha comido nada hoy», les comenta. No obstante, no convence a la señora y le responde de manera tajante: «No, no, no. Pídeselo a otra persona».
Carolina, un poco decepcionada, decide intentarlo con otra anciana que se encuentra en su camino. «¿Usted cree que me podría pasar esto?», le dice. En este caso, recibe la ayuda. «Vale», le confirma. Lo que no se imaginaba esta clienta es lo que iba a suceder después.
La anciana le paga el cartón de leche en Mercadona y se queda sin palabras por lo que ocurre después
Carolina Cazadora le explica a una segunda mujer que no tiene dinero para comprar un cartón de leche. En esta ocasión, la anciana le hace el favor. Sin embargo, lo que ocurre después le deja sin palabras.
Sin que la señora se entere, Carolina le indica al cajero de Mercadona que ella va a pagar toda la compra. «Con tarjeta, por favor», le comenta. Así, el empleado anota el importe total en el datáfono y la joven efectúa el pago.
La anciana, que no se ha dado cuenta, saca su monedero. El trabajador del supermercado le dice que ya ha pagado la chica. «No entiendo nada», asegura la señora.
Carolina, minutos después, se reúne con la mujer y se lo aclara: «Es porque me ha querido ayudar. Como me ha dicho que sí, le he ayudado yo a usted. No se preocupe, de verdad».
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