Los pasajeros del vuelo a Lanzarote desviado por una trifulca a bordo: «Fue bastante impactante»

Los hechos sucedieron el pasado 19 de enero en el avión 3511, que cubría el trayecto de Luton (Londres) a Lanzarote. Según explican medios británicos, un grupo de ocho ingleses que estaban bebiendo y armando jaleo empezaron a molestar a algunas pasajeras también de su país. «Cuando la situación comenzó a salirse de madre, uno de los presentes intentó intervenir y acabó siendo derribado», apunta el 'The Daily Mail'.

La tripulación intentaron apaciguar los ánimos sin éxito y una azafata fue golpeada. «El piloto advirtió por los altavoces que no se toleraría ni uno solo comportamiento inaceptable«, hasta el punto de amenazar con el desvío a Portugal, cuentan los medios británicos. El alboroto no paró y al cabo de veinte minutos se anunció el aterrizaje, sin dar mucha más información al respecto. Eran pasadas las 10 horas, una hora antes de la hora prevista de llegada a Arrecife.

Pero no estaban allí. Aproximadamente a la mitad del trayecto, cuando los tripulantes, previo aviso al aeropuerto, decidieron hacer escala en Faro (Portugal) para acabar con el problema. Allí el hombre que había empezado la pelea se bajó voluntariamente pero, por una razón que no ha trascendido, decidió volver al avión porque se negaba a irse, lo que provocó que una docena de agentes de la policía lusa hicieran aparición para echarlo de allí.

No fue una intervención fácil y uno de los agentes tuvo que acabar interviniendo con una llave de inmovilización. En concreto, emplearon la técnica del mataleón, por el que cogen a una víctima por el cuello. Algunos testigos lo han comentado a medios locales. «Fue bastante impactante. Todos quedamos un poco conmocionados», apuntan algunos de los que presentes en el avión cuando vieron que el hombre se medio desplomaba.

Los vídeos que trascendieron del tenso momento muestran los momentos de tensión en el pasillo y como algunos pasajeros, en medio del rifirrafe, estuvieron vitoreando a los agentes cuando consiguieron retener al alborotador y echarlo del avión a rastras por el pasillo. «¡Adiós, amigo!» o «¡bien hecho!» se escucha en una de las publicaciones que se viralizaron. Finalmente, el hombre acabó entrando a un coche de la policía en medio de la pista de Faro.

Desde Ryanair no han dado grandes detalles al respecto pero se sabe que han mandado un mail a los pasajeros afectados en el que les pidieron disculpas por el desvío inesperado.