El particular cartel de bienvenida a los turistas de un pueblo de Castellón: «Si no te gusta, buen viaje»
La localidad de Ayódar recuerda a los visitantes que se encuentran «en territorio rural» con todo lo que conlleva
Un caballo de la Guardia Real inglesa muerde a una turista, que no hizo caso a la advertencia
Imagen de archivo del campanario de un pueblo
Las opciones de turismo rural en España son infinitas y además se trata de una de las modalidades más demandadas en ciertas épocas del año. Muchos de los visitantes que reciben al año llegan de las grandes ciudades en busca de unos días de ... desconexión y descanso.
Sin embargo, estas personas no están siempre habituadas a los ruidos del campo. Ayódar es un pequeño pueblo de la provincia de Castellón, apenas tienen 156 habitantes y a él se llega tras recorrer serpenteantes carreteras.
En esta localidad tienen muy claro que quieren preservar su modo de vida y no van a cambiar sus hábitos para que los 'urbanitas' se sientan más cómodos. Por ello, como cuenta 'El Periódico del Mediterráneo' han instalado un cartel en el que dejan claro cuáles son y serán los ruidos del pueblo.
Presidido por un gran «¡ATENCIÓN!» en mayúsculas, el cartel tiene dibujos y seis normas fundamentales. Como cuenta el citado medio, la iniciativa ha sido impulsada por el Ayuntamiento. Ya en la primera línea quedan claras las intenciones: «Te recordamos que estás en territorio rural».
Las 'normas' de un pueblo de Castellón
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Las iglesias tienen campanarios que tocan las campanas
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Las vacas llevan cencerros que hacen ruidos
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Los gallos cantan a horas intempestivas
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Los animales cruzan las calles y las carreteras sin avisar
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Hay agricultores trabajando en el camp para producir tus alimentos y los tuyos
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Cuando se abona huele mal
«Si no te gusta, buen viaje»
A pesar del tono infantil para advertir a turistas poco aficionados a la naturaleza, el cartel concluye con un tono más serio y con una frase peculiar: «Si no te gusta, te deseamos buen viaje. En caso contrario, serás bienvenido y podrás disfrutar de nuestros paisajes, gastronomía, artesanía... y, sobre todo, de nuestra hospitalidad».
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