Una nutricionista explica si comer encurtidos es bueno para la salud y lo que debemos evitar: «Ojo con...»

A día de hoy, los encurtidos están más de moda que nunca con productos como las gildas o los pepinillos. Estos pueden tomarse por sí solos como un aperitivo o snack, pero también admiten incorporarlos en otras recetas como ensaladas.

Sea cual sea el modo en el que los tomes, existe una gran variedad de ellos para elegir, tanto en bares, en puestos callejeros, en tiendas especializadas o, directamente, en los supermercados.

Sin embargo, puede que en algún momento te hayas parado a pensar si tomar encurtidos es beneficioso para la salud, ya que son alimentos de sabores fuertes.

Para aclarar estas dudas, la nutricionista Sandra Moñino, especializada en inflamación, ha hablado de ello en el podcast de hábitos saludables llamado 'Con jengibre y limón', junto a la periodista y amante de la vida sana María Pérez.

La nutricionista ha explicado si los encurtidos son buenos o no de la siguiente manera: El encurtido es uno de los mejores alimentos que hay porque, al final, actúa en nuestro cuerpo como un probiótico, que son esas bacterias que se quedan presentes en nuestro organismo y nos ayudan a repoblar esa microbiota intestinal que ya sabemos que está relacionada incluso con la absorción de nutrientes, con las digestiones... Con mil cosas, incluso a nivel cerebral, a nivel felicidad, energía y todo eso, también nos ayuda».

De este modo, Moñino deja claro que incluir encurtidos en nuestra alimentación habitual es algo beneficioso, siempre teniendo en cuenta el caso concreto de cada persona y adaptando su consumo a posibles problemas de salud que podamos tener.

Pero, al final de la explicación, como se puede observar en el fragmento del podcast, la experta advierte de un componente que pueden tener los encurtidos y del que debemos huir: «Pero ¡ojo! con el glutamato monosódico» apuntan ambas con cierta complicidad, dando a entender que no es la primera vez que advierten sobre los perjuicios de este ingrediente en la comida.

El glutamato monosódico se utiliza para mejorar el sabor de los alimentos y es una forma del aminoácido ácido glutámico. Se asocia al sabor umami y, aunque en algunos alimentos se encuentra de forma natural, el problema viene cuando se añade como aditivo en comidas procesadas y en restaurantes.

Según la web 'CSA Seguridad alimentaria', «el glutamato monosódico (MSG) ha sido asociado con la aparición de síntomas en algunas personas, como dolores de cabeza, náuseas y palpitaciones, una reacción conocida coloquialmente como el 'síndrome del restaurante chino'. Sin embargo, la evidencia científica sobre la prevalencia y gravedad de estos efectos es controvertida y limitada, ya que no está claro si estas reacciones son comunes o representan una sensibilidad específica en ciertos individuos».