Un norteamericano que vive en España, alucinado con esta cualidad de los españoles cuando comen: «No les importa un carajo»

En este sentido, suele destacar que los españoles, a diferencia del estilo más reservado de los norteamericano, son abiertos, directos y expresivos y que con sus gestos o tonos de voz también dicen mucho. Ahora, Marcus Robertson, un norteamericano de Nueva Orleans que vive desde hace un tiempo en León, ha subido un vídeo explicando algo que le sorprende especialmente de nuestra cultura que está despertando mucho interés.

Y es que Marcus explica a los miles de seguidores de su cuenta de Tiktok (@permanentmarcus1) que «los españoles no tienen miedo» y alaba especialmente su honestidad en una situación muy determinada que le sorprende. La publicación en que argumenta su reflexión se ha hecho viral hasta el punto de que en un día supera las 104.000 visualizaciones.

«Amo a los españoles pero no tienen vergüenza. Nada», empieza él su vídeo, en la que apunta especialmente, y sin tapujos, a su suegro, a quien le ha visto en más de una ocasión con la actitud que tanto le choca. Marcus, consciente de que puede que no todo el mundo sea así, explica lo que ha visto cuando sale a comer o cena en casa de alguien y los anfitriones o camareros preguntan «qué tal comiste».

Así, él detalla que su suegro no tiene problema alguno en hablar sin tapujos mientras que él trata de despistar ante una situación que le resulta embarazosa. «Si yo voy a un lugar en los Estados Unidos y si me preguntas cómo está la comida y todavía queda comida pendiente, si no me gustó voy a decir 'estuvo buena, estuvo genial, fue diferente...», confiesa él.

Así, remarca que nunca va a decir que fue terrible, ironizando con que además si al cita no se ha acabado podrían llegar a escupir en la comida por lo que «ni siquiera voy a correr ese riesgo». Tras esto, Marcus confiesa que en España ha estado con amigos, «y especialmente como mi suegro», y «no les importa un carajo, no tienen ningún problema en decir 'no, no me gustó'» y dar detalles sobre si la carne estaba mala o si la comida estaba poco cocida.

Él remarca que él se sentiría «avergonzado» de confesar y que se limitaría a decir que está «rico, riquísimo». «No me arriesgaría, pero él... 'no'», acaba él el vídeo. Decenas de personas han comentado la cuestión y han aprovechado para abrir el debate sobre si en este caso se tendría que dar propina. «Te cuento un secreto: es la edad. Cuanto más mayor se es más claramente se habla. Todo lo que has callado de joven lo sueltas de mayor», ha añadido una usuaria llamada Toñi, cuyo comentario ha gustado a muchos.