Una mujer denuncia a su pareja por no llevarla al aeropuerto

Según una orden judicial publicada el jueves, en la que no se reveló la identidad de los protagonistas, ella planeaba asistir a un concierto con amigos y su novio había aceptado transportarla al aeropuerto y quedarse en su casa para cuidar de sus dos perros durante su ausencia.

La mujer afirmó que había enviado un mensaje a su novio el día anterior con el horario de recogida, pero él nunca llegó, lo que la llevó a perder su vuelo. Esto le ocasionó varios gastos adicionales, como el coste de un nuevo billete de avión para el día siguiente, el transporte al aeropuerto y el pago de un servicio de cuidado para sus perros. Además, había comprado dos billetes de ferry, para ella y su pareja, para unas vacaciones planificadas en horarios separados donde visitarían a sus hijos.

En la audiencia, la mujer sostuvo que había acordado verbalmente con su pareja que él la llevaría al aeropuerto y cuidaría de sus perros, señalando que el hombre «disfrutaba quedarse en su casa» porque ya había cuidado de los perros en otras ocasiones.

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Sin embargo, la jueza del caso, Krysia Cowie, señaló que para que un acuerdo sea legalmente vinculante debe existir la intención de crear una «relación legalmente vinculante». En su decisión, Cowie explicó: «Los socios, amigos y colegas hacen arreglos sociales, pero es improbable que puedan ser exigibles legalmente a menos que las partes realicen algún acto que demuestre la intención de estar sujetos a sus promesas». Añadiendo que cuando los amigos no cumplen sus promesas, la otra persona puede enfrentarse a una pérdida económica, pero es posible que no sea compensada por esa pérdida.

Cowie citó algunos ejemplos de personas que han fallado a sus amigos, indicando que los tribunales han sostenido que tales pérdidas no son recuperables a menos que la promesa supere un favor entre amigos y se convierta en una obligación legal. En este caso, Cowie concluyó que las promesas fueron «intercambiadas como parte de un toma y daca normal en una relación íntima» y no había «nada que indicara una intención entre las partes» de que el novio estuviera legalmente obligado a cumplir sus promesas.

Asimismo, la jueza subrayó que las partes no tomaron ninguna acción para mostrar la intención de formalizar el acuerdoy crear consecuencias legales vinculantes. «Aunque se hizo una promesa, no constituye un contrato. Forma parte de los acuerdos cotidianos de relaciones familiares y domésticas que no son exigibles en el tribunal de disputas», manifestó Cowie.

Por último, según revela la orden judicial, el novio envió un correo electrónico diciendo que no asistiría a la audiencia y no respondió a una llamada de seguimiento del caso. Pese a ello, la denuncia fue desestimada, dejando a la mujer sin compensación por su pérdida financiera.