Una joven de Pamplona, sorprendida por lo que ha vivido en un autobús de Sevilla: «Qué vergüenza»

Ahora, Amaia, una joven pamplonica, acaba de experimentar uno en Andalucía. Ella se acaba de mudar, hace menos de una semana, a Sevilla para estudiar durante un año un máster y ha empezado a mostrar en sus vídeos de TikTok (@amaiaconde_) su día a día allí, como por ejemplo las cosas que puede llegar a comer en un día.

Además, en las últimas horas, ha subido un vídeo en el que narra que ya ha vivido su «primer choque cultural como chica del norte viviendo en el sur». La historia, que ella resume como «maravilla de gente», ha despertado tanto interés que ha conseguido superar las 135.000 visualizaciones en menos de un día.

Amaia remarca que la historia tuvo lugar el pasado jueves cuando regresaba a casa en autobús y que a las dos o tres paradas subió un señor que al parecer no tenía dinero en la tarjeta de transporte. «Iba además con las bolsas de la compra así que supongo yo que no podría sacar la cartera para intentar mirar si tenía algún cambio o igual ni si quiera tenía...», expone ella.

Acto seguido, un chico «súpermajo» que estaba en el bus le dijo al señor que no se preocupara y que ya le picaba él. «Hasta ahí todo normal. Se volvieron para atrás y de repente empieza el señor con un acento sevillano maravilloso que no sé imitar a apurarse...», comenta ella. «¡Joé, qué vergüenza, yo no soy así, cómo se puede ir así por la vida, qué vergüenza...!», seguía lamentando el hombre.

La sorpresa para ella fue cuando, a pesar de que el joven le insistía en que no se preocupara, el señor le dio «unas lonchas de jamón al chaval directas de la bolsa de la compra». El chaval alucinó y le reiteró que no le faltaba de nada pero que él le iba reiterando «que sí, que sí, que no se puede ir así por la vida».

El joven le remarcó que «¿cómo le puedo dejar yo sin jamón si lo habrá comprado con toda la ilusión del mundo?», pero que el señor estaba «empeñado en que le quería dar el jamón de la compra». «Al final el chaval consiguió convencerle y no se lo llevó», explica Amaia, que reconoce que se quedó atónita y que recuerda que donde ella vive si alguien te pica para poder subir al bus «te dan las gracias y punto y se acabó». «Que se sintiera tan en deuda con ese chico me dejó sin palabras», acaba ella el vídeo.