Un joven excursionista sobrevive 10 días perdido en las montañas comiendo pasta de dientes: «Me sentí aterrorizado»

Según informó el medio chino 'Jimu News', el pasado 8 de febrero Sun emprendió una ruta de senderismo en solitario a través de la cordillera de Qinling, una de las más prominentes del país. Esta zona, caracterizada por su altitud media de 2.500 metros y su biodiversidad, atrae a excursionistas que buscan retos extremos. Sin embargo, apenas dos días después, su familia perdió contacto con él cuando sus dispositivos electrónicos se quedaron sin batería. A partir de ese momento, el joven quedó completamente aislado en un entorno hostil.

Desorientado y sin la posibilidad de comunicarse, Sun tomó la decisión de caminar río abajo siguiendo un arroyo en un intento de encontrar ayuda. Pero la travesía fue más dura de lo que imaginaba y en el camino sufrió varias caídas. La más aparatosa ocurrió el quinto día, cuando cayó desde una gran altura que lo dejó inconsciente. Cuando despertó al día siguiente, descubrió que había perdido sus suministros de comida, sus dispositivos y que se había fracturado la muñeca derecha.

Sin refugio y con temperaturas extremas, tuvo que improvisar un lugar donde resguardarse. Según reveló a los medios, se acomodó detrás de una gran roca, donde construyó una cama con paja seca y hojas para intentar protegerse del viento helado que azotaba la montaña. Asimismo, al no contar con alimentos, el joven tuvo que ingeniárselas para mantenerse con vida. Para no morir de deshidratación, Sun bebía agua del río y nieve derretida, pero lo más sorprendente fue su decisión de comer pasta de dientes porque no quería correr el riesgo de enfermar al comer hongos silvestres o musgo de la montaña. Una solución desesperada, pero que le permitió resistir hasta que los rescatistas lo encontraron el 17 de febrero.

El equipo de rescate, movilizado por la familia del joven, se adentró en las montañas en su búsqueda y Sun, quien sintió el olor del humo de una fogata de los rescatistas, comenzó a gritar pidiendo ayuda. Sus gritos fueron escuchados por el equipo de salvamento, quien finalmente lo halló y lo trasladó a un hospital para recibir atención médica.

La ruta que Sun había elegido, conocida como la línea Ao-Tai, es considerada una de las cinco más peligrosas de China. Con 170 kilómetros de extensión, une la montaña Ao con la montaña Taibai y se caracteriza por un clima impredecible y un terreno extremadamente difícil. En las últimas dos décadas, más de 50 personas han desaparecido o fallecido intentando recorrerla. De hecho, en 2018, las autoridades prohibieron el acceso a esta ruta y advirtieron que quienes la transitaran podrían enfrentarse a sanciones administrativas.

Sun, quien en el último año había desarrollado una gran pasión por el senderismo y había escalado tres famosas montañas nevadas en China, desconocía la prohibición de la ruta Ao-Tai. Su motivación, según explicó, era simplemente «aceptar el desafío». Pero la experiencia que vivió lo llevó a reflexionar sobre los riesgos que implica adentrarse en zonas peligrosas sin la preparación adecuada. «Me sentí aterrorizado después del incidente», escribió en redes sociales tras su rescate.

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«Esta zona no es apta para hacer senderismo en absoluto. El viento era tan fuerte que apenas podía mantener el equilibrio, incluso con dos bastones de alpinismo como apoyo. La nieve era tan pesada que apenas podía abrir los ojos. En resumen, navegar por esta línea es extremadamente difícil. Además, no hay vistas pintorescas. El clima cambia abruptamente. Insto a todos los alpinistas que estén pensando en abordar la línea Ao-Tai: no deben ir en absoluto, ya que la vida es invaluable», señaló, recordando a sus seguidores que, aunque las montañas pueden representar un reto apasionante, también pueden convertirse en trampas mortales para quienes las subestiman.