Jordi Cruz explica cómo trata a los trabajadores de su restaurante: «Me gusta ser esa persona que te aprieta»

Ahora, a sus 46 años, el catalán es propietario del restaurante ABaC, que suma un total de tres estrellas Michelin. Su cocina es definida como «tradición, vanguardia, sabor, producto y pasión». Sin duda, una experiencia gastronómica única e inigualable para cualquier comensal.

Por todo ello, son muchos los que sueñan con hacerse un hueco en los fogones de este local y aprender de la mano de uno de los mejores chefs del planeta. Gracias al programa de televisión 'MasterChef', en el que es jurado junto a Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, hemos podido confirmar que Jordi Cruz es un profesional exigente y con mucho carácter. Pero, ¿cómo es realmente trabajar en su equipo?

El catalán ha acudido al podcast de Vicky Martín Berrocal, donde ha mostrado su lado más personal. El televisivo ha hablado de su infancia, de su familia y de cómo es su día a día en el restaurante ABaC.

Jordi Cruz se ha sincerado con Vicky Martín Berrocal y le ha contado cómo trata a los trabajadores del restaurante ABaC. «Sé que soy una persona exagerada, que le gusta trabajar», dice.

Sin embargo, el chef asegura que no es una persona dura, sino todo lo contrario. «No encontrarás a nadie que haya estado en mi equipo que me haya escuchado una mala palabra. Me gusta que la gente esté feliz en mi casa porque si no no va a dar un buen servicio y no va a cocinar con cariño», indica.

El de 'MasterChef' señala que su papel en las cocinas es el de ser un «'coach'». «Soy ese entrenador que te dice: '¿Quieres aprender? ¿quieres estar fuerte? ¿quieres correr rápido? Te tengo que apretar. Quizá no te guste, pero lo voy a hacer por ti, porque te quiero. A mí me gusta ser esa persona que te aprieta, que te quiere sacar una buena actitud», revela.

Jordi Cruz lamenta que hoy en día esa faceta de jefe que motiva se ha perdido. «Me encantaría poder decirte que estoy feliz, enseñarte una cara mía amable y que la gente diga: '¡Qué chico más majo!'. Pero no. Este año me ha machacado mucho el tema de remar solo. No necesito tres estrellas Michelin, no necesito el follón, ni que me aplaudan, ni ser reconocido como el mejor chef del mundo. Lo hago por el equipo, porque es un sueño compartido», reflexiona.