Un historiador desata la polémica al cuestionar el origen de la comida italiana: «Ni la pizza, ni el tiramisú son típicos de Italia»
Según Alberto Grandi, estos alimentos son «una invención de la tradición» para forjar una nueva identidad tras la Segunda Guerra Mundial. Unas declaraciones que han desatado la polémica en el país
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Si hay algo que puede llegar a tocar nuestro orgullo nacional, independientemente de nuestra ideología, es que critiquen la gastronomía de nuestro país. Sin embargo, al historiador italiano Alberto Grandi, no le ha temblado el pulso al afirmar que «la cocina italiana es más estadounidense que italiana». Según el historiador, la carbonara, la pizza, el panettone o el tiramisú son «una invención de la tradición» para forjar una nueva identidad tras la Segunda Guerra Mundial, unas declaraciones que han desatado una gran polémica en Italia.
La chispa que desató la disputa, fue un artículo publicado por el Financial Times el pasado domingo cuyo título ya presagiaba la polémica: «Todo lo que, como italiano, creía saber sobre la cocina italiana está mal». En el artículo, la periodista Marianna Giusti entrevistó a Alberto Grandi, profesor asociado de Historia Económica de la Universidad de Parma, quien durante mucho tiempo ha causado indignación al cuestionar la identidad gastronómica italiana.
Ya en 2018 publicó un libro titulado 'Denominación de Origen Inventada', donde desmontaba el origen de algunos de los platos y productos más emblemáticos de su país. «¿Es el Parmigiano Reggiano auténtico? ¡Está hecho en Wisconsin!» exclamaba.
En el artículo del Financial Times, el historiador argumentó que la gran mayoría de los italianos no sabían qué era una pizza hasta mediados del siglo XX. También reiteró que el origen de la pasta carbonara es en realidad estadounidense, o que el panettone o el tiramisú son creaciones culinarias recientes.
Estas declaraciones le han otorgado un gran número de detractores en Italia, donde «no puede salir de casa sin escolta», confiesa. En este sentido, las respuestas de indignación por el artículo, no han tardado en aparecer: «Están tratando de desacreditarnos cuestionando el carácter italiano de recetas y productos emblemáticos. Quienes nos acusan de ser gastronacionalistas solo pueden estar envidiosos de nuestros éxitos», expresó el subsecretario de Agricultura italiano, Luigi D'Eramo, a EFE.
La «invención de la tradición»
Sin embargo, Grendi no está de acuerdo con las declaraciones del subsecretario y abraza la tesis del historiador marxista Eric Hobsbawm sobre la «invención de la tradición». «Cuando un grupo rompe con su pasado y queda huérfano de identidad, inventa tradiciones y las eleva a la categoría de mito fundacional», sostiene. A su juicio, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando el país comenzaba a recuperarse económicamente, «necesitaba forjar una nueva identidad que les ayudara a olvidar y los emigrantes, a su vez, necesitaban mitos con los que dignificar sus humildes orígenes». Y esa es la razón por la que «no hay constancia de algunos productos antes de mediados del siglo XX», explicaba el historiador.
Según su teoría, el panettone no se convirtió en un producto artesanal hasta la década de 1970 y los recetarios no mencionaron el tiramisú hasta la década de 1980. Sin embargo, si reconoce la historia milenaria del Parmiggiano, aunque afirma que hasta la década de 1960 las piezas no pesaban más de 10 kilos y que su textura era mucho más suave y cremosa. Según el historiador, la versión original de este queso solo se conserva en Wisconsin (donde llegó a principios del siglo XX con la llegada de los emigrantes italianos), pero no en la región de Parma, donde es un emblema.
Tampoco se abstiene de arremeter contra otro de los grandes símbolos culinarios del país, como la pizza. En ese sentido, el historiador declara, en el artículo del Financial Times, que esta preparación es muy similar a la que, durante siglos, se consumía en otros países mediterráneos. Además, por si fuera poco, también afirma que la primera pizzería del mundo abrió en 1911 en Nueva York. «Para mi padre, en los años 70, la pizza era tan exótica como lo es para nosotros el sushi», explicó en la entrevista.
Un «ataque surrealista»
Como cabía esperar, el artículo no ha sido bien recibido en Italia. Respecto a sus comentarios, la mayor asociación de criadores y agricultores de Italia, Coldiretti, ha declarado que son un «ataque surrealista» realizado «a partir de reconstrucciones fantasiosas» que cuestionan «la más profunda arraigadas tradiciones culinarias nacionales».
Por último, la organización asegura que tales declaraciones conllevan «preocupantes implicaciones económicas y laborales». Una opinión compartida por el sector de la restauración, que también ha mostrado su descontento y ha defendido sus productos frente a los estadounidenses.
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