Un estadounidense que vive en España explica qué echa de menos en nuestro país en relación con la hostelería: «Es mi única queja»

Sobre todo con la del mediodía y la cena, siendo estas entre las dos o tres de la tarde y las nueve y diez de la noche, respectivamente. Esto se vuelve aún más significativo si lo comparamos con las costumbres de otros países, donde los horarios de comidas son mucho más tempranos.

Aún así, eso no es impedimento para que cientos de miles de personas de fuera de España acudan a nuestro país, ya sea de vacaciones o por otros motivos como para trabajar. En esos casos, adaptarse es casi obligatorio para poder seguir el estilo de vida español. En la situación de Marcus, procedente de Nueva Orleans, parece que está completamente adaptado a ello, pues lleva seis años viviendo en España.

Prueba de ello son sus vídeos de TikTok en los que comparte algunas de sus vivencias como estadounidense en nuestro país. Casi siempre suele hablar maravillas de España, sobre todo en lo referente a la gastronomía, pero, en uno de sus últimos vídeos, ha querido sacar a la luz también una de las pocas cosas a las que todavía no se ha acostumbrado o que echa de menos de su país de origen.

En este caso, en el vídeo expresa lo siguiente: «Lo único que no me gusta de la cultura culinaria aquí es que, digamos que acabo de salir de un vuelo de 10 horas desde otro país, he vuelto a España, aterrizo a las 4.00 de la mañana... Hay comida disponible para comer, pero en lugares de comida rápida o en sitios donde realmente no quieres comer», empieza explicando.

Así, aclara que, por norma general, en España no puedes llegar a cualquier restaurante en plena madrugada y decir que quieres un bistec o langosta, como por ejemplo sí pasa en Estados Unidos. También se refiere a que ocurre lo mismo si nos salimos de los horarios habituales de comida: «No vas a conseguir una comida en un restaurante sentado a las cinco de la tarde, quizá en Madrid o Barcelona puede que encuentres algo, pero como restaurantes normales no sirven comida, pues está cerrado hasta la hora de la cena, y eso es hasta las nueve de la noche».

Ante esta objección, muchas personas han expresado en comentatios que hay que respetar los descansos de los trabajadores y que un restaurante no puede estar las 24 horas abierto. Marcus entiende eso pero sigue sosteniendo que echa de menos «poder comer cuando quiera y no solo comida rápida», recalca.