Una española que vive en Suiza explica cuánto dinero cuesta ir de fiesta a una discoteca en este país: «El precio de las bebidas...»

Sobre este tema ha hablado recientemente la usuaria de TikTok @sarainzurich, una joven española que estudia y trabaja en Zürich y que se dedica a compartir su día a día en redes sociales. En uno de sus vídeos más recientes, ha explicado con detalle cuánto cuesta salir de fiesta en Suiza, un aspecto importante para los jóvenes como ella.

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Inés Romero

En el vídeo, Sara comienza señalando que el precio del ocio nocturno ha aumentado mucho en los últimos años, una tendencia que también se observa en España, especialmente en las grandes ciudades. Sin embargo, en Suiza, los precios son incluso más altos. La entrada a las discotecas, por ejemplo, ronda los veinte francos suizos, es decir, unos 21 euros al cambio actual. Y aunque algunos locales ofrecen noches especiales para estudiantes en las que la entrada es gratuita, la mayoría de las veces asistir a una discoteca implica un gasto importante.

Los precios de las bebidas tampoco se quedan atrás. Para ilustrarlo, Sara muestra la carta de un restaurante en Zürich que también funciona como pub. Un margarita cuesta alrededor de 19 francos suizos (unos 20 euros), mientras que una cerveza de tercio ronda los 7,5 francos (aproximadamente 8 euros). Incluso los refrescos como la Coca-Cola o la Fanta tienen precios elevados, en torno a los 7 francos por unidad. A pesar de que trabaja y cobra un sueldo acorde con los estándares suizos, la joven admite que sigue sin acostumbrarse al elevado precio de las bebidas.

Además de los precios, Sara destaca otras diferencias en el ocio nocturno suizo respecto al español. Una de las más notables es el horario de cierre de las discotecas, que generalmente es a las 04.00 horas, mucho más temprano que en España, donde es común que los locales cierren a las 6.00 o 7.00 de la mañana.

Otra diferencia importante es que, según ella, en Suiza el botellón es legal, lo que permite consumir alcohol en la vía pública sin problemas. Sin embargo, esta afirmación no es del todo precisa, ya que la normativa varía según el municipio. Aun así, Sara considera que esta flexibilidad es una ventaja, ya que permite ahorrar dinero al no tener que gastar tanto en los locales.